Señoras y señores, Sitges 2015 ha comenzado y lo ha hecho por la puerta grande. La proyección de la película The Witch a modo inaugural ha hecho las delicias tanto de los amantes del terror y las leyendas de brujería como de los amantes del drama. Con un toque personal, inquietante y muy musical (Mark Korven lo borda), Robert Eggers dirige esta película ambientada en 1630 que nos descubre la vida en la granja de una religiosa familia atormentada por la presencia del Mal que acecha entre los árboles de un bosque prohibido. Llama la atención –además de la potentísima puesta en escena- el vocabulario y la formulación de un guión totalmente adecuado a la época a la que representa. Pero la inteligencia de The Witch, sobre todo con todos los antecedentes que la preceden, no es otra que dejar de lado esa oscuridad que sabemos que hay en el bosque, para adentrarse en otra oscuridad más profunda si cabe: la del drama familiar y su posible conexión con ese ser maligno. Sería un error calificar a The Witch simplemente como un film de terror, pues trasciende mucho más cómo afecta éste a una familia marcada por el destierro y a la soledad. Notable.
Y como a la familia de The Witch -salvando las distancias- también la familia de la segunda película del primer día estaba destinada a fracasar. Y es que si Lorca levantase la cabeza y fuera director de cine, La Novia es sería película que hubiera querido hacer. Y no tenemos a Lorca, pero tenemos a Paula Ortiz. Una jovencísima directora que bien merece el título de haber parido posiblemente la cinta española del año, y una de las mejores de la década. La dirección actoral de traca, con especial mención para una Inma Cuesta absolutamente sobrenatural. Jamás la hemos visto así (¿el papel de su carrera?) Esperemos que no, ahora que hemos visto la absoluta barbaridad que es capaz de hacer esta mujer. La imagen poética, el simbolismo, la pasión, las partes de un todo perfecto bañado por una música (compuesta por el japonés Shigeru Umebayasi) penetrante y emocionante a partes iguales. Un todo de una belleza totalmente abrumadora. La joya del día y posiblemente del festival. Todo lo que se diga se queda corto. Imperdible.
Y de una película con sabor español, a otra con sabor medio español: Mr. Right. A los mandos Paco Cabezas, guionista y director dando el salto americano. Ni más ni menos que con Anna Kendrick. Si alguien sabe cómo este mix ha podido suceder, que nos lo cuente. Lo cierto es que ha sucedido en una película que no nos queda claro si es un thriller, una comedia, una romántica o todas las anteriores, pero que tiene su gracia, sobre todo por los dos personajes que la interpretan: el primero, él, Sam Rockwell, asesino a sueldo reconvertido en asesino justiciero de lo más tierno y adorable. La segunda, ella, Annita Kendrick, en el papel de loker de la vida que, déjennos decir, parece escrito totalmente por y para ella. Mr. Right posiblemente será olvidada, pero nosotros rompemos una lanza en su favor y nos apuntamos a las narices de payaso y a los mamporros del amor. Disfrutable.
Y acabando el día nos metemos a ver Summer Camp. Una mezcla de zombies y algo de slasher intentando ser original y quedándose a medias por el camino. Es posible que la película funcione si vas buscando una comedia, pero personalmente creo que acaba siendo esto pero por cosas no planificadas. ¿Sois adictos a los actores tirando a malillos? ¿Os encanta que repitan incontables veces el nombre de un mismo personaje? ¿Os gusta ver como se suceden los mismos (y manidos) clichés? ¿Os gustan las situaciones de peligro y tensión rozando el absurdo? Si la respuesta es sí, esta es vuestra película. No lo dudéis.
evaristo amoedo torr (@AmoedoTorr)
Buenos comentarios, sin paja por medio, escuetos y precisos. OK