Tener un perro, pero también un gato, en menor medida, promueve y crea lazos sociales. Para demostrarlo, Wamiz, el portal líder en información sobre animales de compañía en Europa, ha investigado y analizado los resultados de varios estudios científicos, concluyendo que ser propietario de un peludo ayuda a tener una vida social más activa. Según los datos recopilados por el portal, gracias a su perro, no menos del 37% de los propietarios ha tenido un encuentro romántico. El 80% ha conocido gente de su barrio y el 40% recibe apoyo social y emocional gracias a su animal.

No es ningún secreto que paseando a tu perro puedes conocer a los vecinos, sobre todo si estos también tienen uno, así como a conocer gente nueva. Un gran número de propietarios ha conseguido encontrar pareja gracias a su perro. Pero los dueños de los gatos también: el 20% de ellos tuvieron un “acercamiento especial” gracias a su gato. Además, en menor medida, también facilita las conexiones sociales. Un ejemplo, es el típico caso en el
que un vecino alimenta el minino de otro vecino que se ha ido de fin de semana.

Tener un animal y especialmente un perro nos hace más activos y, como resultado, además de conocer gente y disfrutar con nuestros peludos, nuestra salud también mejora. Los propietarios hacen más ejercicio: pasean a su perro, juegan con él y algunos incluso participan en las cada vez más populares en España: las canicross.

Entre las personas mayores, la actividad física entre los propietarios de mascotas mayores de 65 años aumenta incluso en un 12%. Los dueños de los perros están más en forma, ya que caminan un promedio de 30 minutos más a la semana que los que no tienen perro. Esta actividad es suficiente para cumplir con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para obtener importantes beneficios.

En el caso de mujeres mayores, se asocia el tener un perro con una mayor probabilidad de caminar al menos 2,5 horas a la semana. Los investigadores también encontraron que los dueños de perros tenían menos períodos continuos de permanecer sentados en comparación con los demás. Su forma física sería, por tanto, la equivalente a la de una persona 10 años más joven. Es decir, reduce las posibilidades de sufrir enfermedades cardíacas y menos problemas óseos y musculares.

Los datos recogidos también demuestran que tener una mascota ayuda a aliviar la ansiedad y el estrés. El 68% de las personas mayores se sienten mejor mental y físicamente gracias a su animal de compañía. Sin duda alguna, las mascotas son una fuente inagotable de cariño. Cuando los propietarios acarician a sus animales, producen oxitocina, lo que les permite estar más relajados y tener una sensación de bienestar. Un estudio realizado en Francia asegura que el 40% de los propietarios encuestados tienen un animal porque se sienten menos estresados.

Las mascotas nos ayudan también a aumentar la autoestima. Nos hace sentir acompañados y queridos. Su efecto en nuestra salud mental es obvio: nos dan afecto y nos brindan consuelo. Con todo el cariño y los beneficios que nos procuran, no es de extrañar que el 62% de los propietarios aseguran haber decidido tener un animal porque los hace más felices.