Celebramos Día Internacional del orgullo LGTBIQ+ y el cine, reflejo de la huella cultural, experiencia vital del ser humano y de la mentalidad de los creadores del momento, es prueba palpable del lento proceso de reconocimiento de derechos que sufre una sociedad, lamentablemente, demasiado tendente al ‘status quo’ en materia de avance social.

Hoy analizamos quince películas referente en este sentido, que apostaron desde diversas vertientes por dar visibilidad, normalizar y reflejar sobre el celuloide la cotidianidad y la libertad sexual que aún hoy en día sólo algunos pueden vivir con plenitud y sin tapujos alrededor del mundo. Lentamente, avanzamos en derechos a base de dar una vuelta tuerca más a esa cerradura social oxidada que sigue bloqueando puertas en algunas mentalidades obsoletas. La cultura es una herramienta clave en este avance y estas películas son fiel reflejo de ello:

‘Diferente a los demás'(1919)

Desconocida a pesar de haber sido un referente y claramente rompedora. ‘Diferente a los demás’ ostenta el título de tratar por primera vez la temática homosexual desde un punto de vista realista y positivo. Dirigida por Richard Oswald, con guión de Magnus Hirschfeld, esta propuesta reflejaba ya en 1919 el polémico párrafo del Código Penal alemán que concebía la homosexualidad como un delito.

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‘La calumnia’  The Children’s Hour (1961)

Mucho ha llovido también desde aquel reflejo velado de lesbianismo sin entrar en muchos detalles a cargo de Shirley McLaine y Audrey Hepburn.  Sobre sus fotogramas resonó con brío el tintineo de las tijeras censoras para eliminar cualquier referencia explícita al lesbianismo de uno de sus personajes. Un ‘sí, pero no’ en materia de diversidad. Ellas, insuperables, como siempre.

‘Mi Idaho privado’ (1991) / Mi nombre es Harvey Milk’ (2008)

Gus Van Sant, un experto en abordar la temática gay, es autor de varias propuestas de referencia. Este drama protagonizado por River Phoenix, que fallecería dos años después, y Keanu Reeves -dos jóvenes que ejercen la prostitución masculina-, es uno de los clásicos. La escena en la que uno de los protagonistas declara su amor (no haremos spoilers, aunque ya deberías conocerla), es uno de los ejemplos de por qué está considerada como una película de culto.

Posteriormente, Van Sant rubricaría otros títulos como el biopic ‘Mi nombre es Harvey Milk’ (2008), que merece especial mención por narrar la lucha a favor del colectivo LGTB de este político estadounidense, el primero en declarar públicamente su homosexualidad.

‘La ley del deseo’ (1987)

Hay un nombre propio ineludible en el repaso de la cinematografía LGTB. Pedro Almodóvar podría incluir en este listado un sinfín de títulos aunque ‘La ley del deseo’ destaca por muchos aspectos, no sólo por disfutar de un Eusebio Poncela sublime sino además por una mítica escena -muy polémica en su día- de sexo anal entre Pablo y Antonio, los personajes interpretados por Poncela y Antonio Banderas.

‘Las aventuras de Priscilla, reina del desierto’ (1994)

Aquel Terence Stamp -acompañado por  Guy Pierce (Memento)- que antaño protagonizaba ‘El coleccionista’ se enfundaba tacones y lentejuelas para mostrarnos con el mejor estilo ‘jukebox’ sus dotes como drag queen. Premiada en Cannes y convertida en cine de culto, sigue recorriendo el camino de la lucha LGTBI a golpe de plataforma sobre numerosos escenarios del mundo con los inolvidables temas de su exitoso musical.

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Jaula de grillos (1996)

La nostalgia de ver a un siempre bienvenido Robin Williams que rompió en primera persona la regla de que las adaptaciones no suelen superar a sus originales -‘La cage aux folles’- convierten a esta película en una perla digna de recordar. El fabuloso Nathan Lane fue parte fundamental  para convertir esta película en un éxito de taquilla.

Philadelphia (1993)

Para Hollywood los pasos hacia la visibilidad tienen un ritmo ralentizado con respecto a Europa; por eso las píldoras cinematográficas estadounidenses siempre cuentan con una perspectiva más naif en la que los ‘avances’ visuales suelen estar a años luz de lo que se producía al otro lado del charco.

Dirigida por Jonathan Demme y protagonizada por Tom Hanks y Denzel Washington, esta película reflejaba la reivindicación de un abogado enfermo de sida. Centrada más en su lucha legal que en narrar la ‘cotidianidad gay’ del protagonista (la relación con el personaje de Antonio Banderas se plasma de forma más fugaz de lo deseable), esta pelicula fue la primera propuesta comercial en tratar el estigma y la discriminación en torno al virus VIH. Logró dos Oscars: Hanks como mejor actor, y Mejor Canción para Bruce Springsteen por la inolvidable ‘Streets of Philadelphia’.

Boys don’t cry (1999)

Las historias reales, ejemplo de la dureza, intolerancia y crueldad del ser humano incapaz de afrontar su ignorancia e incompresión, son quizá las que han dejado un huella más imborrable en nuestras conciencias a través del cine. Dirigida por Kimberly Peirce y protagonizada por Hilary Swank y Chloë Sevigny, esta producción independiente narra la historia de Brandon Teena, un chico transgénero que murió víctima de la violencia homofóbica. Tan dura como imprescindible, esta película otorgó a Swank el Premio de la Academia a la Mejor Actriz.

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Brokeback Mountain (2005)

La química lograda entre Jake Gyllenhaal y Heath Ledger y la mágica interpretación y capacidad de ambos para describir la contención y clandestinidad le sirvieron en bandeja el Óscar a la mejor dirección a Ang Lee. Una película de vaqueros ‘sui-generis’ que rompió los moldes establecidos en materia de diversidad se ha convertido en un hito en esta materia al plasmar, sobre un habitual heteroescenario ‘macho alfa’, la eterna temática de un amor imposible desde un renovador punto de vista.

Transamérica (2005)

“Me gustaría que por una vez me miraran y me vieran a mí. Nada más. Sólo que me vieran a mí”.  2005 fue un año de buena cosecha cinéfila. Felicity Huffman encarnaba a una mujer transexual cuya vida experimenta un giro insólito. Una trama honesta y una sublime interpretación son las claves de una película inolvidable.

Un hombre soltero (2009)

Fue el debut como realizador del diseñador Tom Ford aunque dejó patente su maestría tras la cámara con la ayuda de un siempre magistral y elegante Colin Firth,  un profesor universitario que sufre en silencio la soledad tras la pérdida de su compañero. Firth arrasó con la Copa Volpi al mejor actor en el Festival de Venecia y fue nominado en los Premios Oscar, Globos de Oro, BAFTA y los Premios del Sindicato de actores.

La vie d’Adele  (2013)

Una adolescente perdida protagoniza esta adaptación de  la novela gráfica ‘Le bleu est une couleur chaude’. Ganadora de la Palma de Oro a mejor película en el Festival de Cannes de 2013. Sus escenas de sexo lésbico reales situaron a esta propuesta como un referente.

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Pride (2014)

El éxito de la campaña Lesbians and Gays Support the Miners (Lesbianas y gais apoyan a los mineros), una alianza entre un grupo de activistas LGTB londinense y el colectivo de mineros en huelga de un pequeño pueblo minero de Gales, fue llevado al cine por Matthew Warchus. El gran Bill Nighy protagonizaba esta conmovedora propuesta, ganadora del galardón Queer Palm.

Call Me by Your Name (2017)

Desde aquel 1918, muchos son los títulos que están limando poco a poco y a base de bastante esfuerzo la rigidez moral de una industria dura de roer. La sensibilidad, naturalidad y el hecho de que esta película lograra un Óscar a mejor guion adaptado y fuera considerada como una de las mejores de la década no hacen más que señalar que poco a poco la visibilidad se abre paso afortunadamente en un mundo demasiado lento e inmovilista en temas sociales.

‘Carol’, ‘Weekend’, ‘Mi hermosa lavandería’, ‘Los chicos están bien’... faltan muchos títulos vitales que han rubricado la lucha transgénero y a favor de la diversidad a través del cine haciendo de la visibilidad, y con la cultura como herramienta siempre eficaz, la clave fundamental de los avances sociales.

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