Silvestre Pejac o también conocido como «el Banksy español»; así llevan apodándole durante años a este artista santanderino que ya ha dejado su marca en multitud de países en todo el mundo. Un artista al que la situación política, la vida, la historia y la gente le importan para poder desarrollar y conceder un verdadero significado a su obra. Ahora, una vez más, su trabajo ha dado la vuelta al globo consiguiendo dar visibilidad al olvido. A la guerra. Una guerra que dejó dolor, sufrimiento y millones de muertos por su camino y a la que hoy revivimos con el conflicto sirio. Pejac en colaboración con la embajada española en Amán ha visitado el campo de refugiados Al-Hussein que se estableció en 1948 como resultado del conflicto árabe-israelí y el que aún acoge a abuelos, hijos y nietos de emigrantes que sólo buscaban una cosa: SOBREVIVIR.
«Quiero aprovechar las paredes de las casas a las que le faltan trozos de pintura y transformarlas en paisajes evocadores para transmitir el orgullo de sus habitantes»
Ahora, Pejac nos muestra un lugar olvidado por muchos, en el que abundan los recuerdos de una guerra que sigue haciendo sus estragos. Muros rotos, escombros y paredes llenas de desconchones que han servido como material artístico para dar vida al último trabajo del artista santanderino. Una intervención cuyo objetivo era dar visibilidad a la vida de estos supervivientes a través del arte urbano, reflejando al mundo que a pesar de vivir en pésimas condiciones la gente se conforma con lo que tiene. «Quiero aprovechar las paredes de las casas a las que le faltan trozos de pintura y transformarlas en paisajes evocadores para transmitir el orgullo de sus habitantes», explica el artista. Desconchones que a pesar de la «aparente» tristeza del lugar y del desconocimiento de la gente sobre el arte urbano, cada uno de los habitantes de Al-Hussein vivió con sorpresa y curiosidad la intervención del artista, admirando el resultado final.
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