“Me llamo Amarna Miller. Soy actriz porno. Y nací en un país hipócrita, donde la misma gente que me llama puta se pajea con mis vídeos«

Así comienza ‘Patria’, el spot promocional del ‘Salón Erótico de Barcelona Apricots 2016’ (del 6 al 9 de octubre) que, en apenas minuto y medio, es capaz de destapar la doble moral española, de descubrir sin pudor todos sus tapujos y contradicciones dejándola completamente desnuda; pero lo más morboso de todo, es que lo hacen con más ropa que nunca.

El año pasado consiguió con su viral de Nacho Vidal dejar muchos argumentos ‘en bragas’ y, este año, lo ha vuelto a hacer con más fuerza aún si cabe.

España, el mismo país que clama una señora en la calle y una puta en la cama; el mismo que se niega a reconocer en voz alta que uno de sus negocios -ilegales- más productivos es el de la prostitución. Verdades con doble rasero, donde la vara de medir castigo y consecuencia varía en función de quién haga la trampa. Se desnuda la doble moral ante nuestros ojos, y podemos reconocer cada uno de los lunares de su cuerpo marchito.

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Hipocresía, la inconsistencia entre aquello que se defiende y lo que se hace.

R.A.E. – Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan

La palabra hipócrita resuena como un eco implícito y explícito en cada una de las imágenes que construye esta controvertida y polémica denuncia visual. ¿Acaso no ocurre algo similar con el porno? ¿Y con el sexo?

El lenguaje de la contradicción, empeñado en tapar y estigmatizar nuestros actos más naturales y que dieron origen a nuestra vida en primer lugar; encargado de juzgar y criticar lo que sólo algunos reconocen pero muchos hacen en realidad.

Todo en favor y honor de la moral, sí. ¿Pero la moral de quién?

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