Que el packaging juega un papel importante en el éxito o fracaso de la venta de un producto no es nada nuevo. Porque aunque la función principal del empaquetado es proteger el producto, un llamativo envoltorio puede hacer llamar la atención del consumidor y conseguir su venta gracias a su original empaque. Y así lo ha conseguido la diseñadora rusa Nikita Konkin. A través de una curradísima caja para pasta, la joven ha jugado con la forma y la textura de los macarrones, tallarines y espaguetis, convirtiéndolos en los cabellos de unas preciosas ilustraciones de mujeres dibujados sobre la caja. Una acertada tipografía y una combinación de color perfecta entre el blanco, el negro y el color original de la pasta hacen el resto. Visto así, ¿quién compraría otra marca?
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