Día 5 de enero. Víspera de Reyes. Millones de roscones están horneándose en las pastelerías de toda España. Rellenos de nata, chocolate, trufa, cabello de ángel o sin relleno, cada cual tiene su favorito. Pero en un día tan especial, la sección de Cocinarte quiere dedicar su artículo a todos los niños que esperan ansiosos la llegada de sus Majestades los Reyes Magos de Oriente, aunque no precisamente hablando de roscones. La mejor manera de homenajearles es con un artista que es capaz de crear maravillosos paisajes con golosinas, galletas, helados o incluso caramelos.
[photomosaic ids= ‘6491,6492,6493’]
En el año 2008, el Sunday Times publicaba un artículo sobre un fotógrafo llamado Carl Warner que acaparó la atención de todos los medios nacionales e internacionales. Reportajes, documentales, entrevistas, programas de televisión y radio empezaron a sucederse reconociendo su trabajo a nivel mundial. Tal fue el boom que su creciente fama le ha llevado a colaborar con las firmas de alimentación más importantes de todo el planeta y a publicar dos libros en Estados Unidos. Pero, ¿quién es Carl Warner?
Nacido en Liverpool en 1963, empezó a dibujar y crear paisajes de su propia imaginación a muy corta edad. Desde siempre se ha sentido fascinado por la obra de Salvador Dalí, así como del grabador y dibujante inglés Patrick Woodroffe y del ilustrador inglés Roger Dean, cuyas influencias son claras en toda su obra. Siendo adolescente comenzó sus estudios de pintura y dibujo en el Maidstone College of Art aunque pronto se dio cuenta que sus habilidades e ideas creativas eran más afines a las posibilidades que le ofrecía la fotografía como medio de expresión. Por este motivo decidió pasar al London College of Printing para graduarse en fotografía, cine y televisión.
[photomosaic ids= ‘6487,6488,6489,6490’]
Al finalizar sus estudios trabajó como asistente para el fotógrafo londinense David Lowe realizando anuncios publicitarios. Poco después montó su propio estudio fotográfico realizando paisajes para gran variedad de productos y marcas de diferentes agencias de diseño y publicidad.
Sin embargo, el tedio empezó a apoderarse de él y comprendió que su capacidad de creación y su campo de actuación no eran suficientes para desarrollar todas sus ideas. Un día, comprando en el supermercado observó unos interesantes champiñones y comprobó que parecían árboles sacados de un planeta extraterrestre. Una gran idea pasó por su cabeza por lo que compró arroz y otros productos y creó su primer paisaje, al que tituló Mushroom Savanna. Su éxito fue tal que se convirtió en un solicitado fotógrafo de paisajes destinados a la industria publicitaria de marcas y productos comestibles.
[photomosaic ids= ‘6494,6495,6496,6497,6498’]
¿Cómo realiza el proceso creativo de sus paisajes? Cada fotografía requiere de dos a tres días de trabajo completo. Primero, Carl dibuja la escena. El equipo de modeladores y estilistas gastronómicos que dispone le ayudan a recrear el paisaje en la realidad. El principal obstáculo para la toma de las imágenes es la rapidez con la que los alimentos que emplea se deterioran a la luz de los focos. Este motivo hace que Carl y su equipo fotografíen en estratos sus paisajes, del primer plano al fondo de la composición. En el trabajo final de posproducción de la imagen cada elemento se va colocando uno al lado del otro. Principalmente, para capturar todas sus fotografías utiliza luz de flash que parece natural, recreando posteriormente en su estudio colores y texturas para dar una mayor sensación de luz real.
[photomosaic ids= ‘6499,6500,6501,6502’]
Las temáticas de sus creaciones son tan variadas como los alimentos que utiliza. Desde arquitecturas como el Taj Mahal, las las pirámides de Egipto, la pirámide de Chichén Itzá, la Gran Muralla China, la ciudad de Venecia o el Empire State Building, pasando por desiertos, ríos, puertos, selvas, volcanes, pueblos franceses, la campiña italiana, pagodas chinas o paisajes nevados, hasta castillos, vaqueros, retratos, naturalezas muertas, estampas navideñas, las estaciones del año, trenes, parques de atracciones… Tanto la variedad como la capacidad de creación y modelaje de los alimentos que utiliza es impresionante: helados, gominolas, caramelos, galletas, queso y embutidos, tomates, brócoli, calabazas, apios, ajos, lechugas, pimientos, perejil, remolacha, espárragos, calabacín, almendras, avellanas, pan, crackers, cereales, pasta, calabazas, limones, moras, fresas, frambuesas, cocos, mangos, manzanas, naranjas, uvas, plátanos, higos, melones, peras…
Sus imágenes han sido recogidas en dos libros. En el primero, Carl Warner’s food landscapes, recopila todas sus obras y muestra trucos, técnicas y secretos de sus composiciones. El segundo libro, A world of food, está destinado a los más pequeños y va acompañado de poemas con la finalidad de educar a los niños en hábitos alimenticios buenos y saludables.
[photomosaic ids= ‘6503,6504’]
Actualmente, podemos ver sus últimas fotografías, de temática muy navideña, en el local Ripley’s believe it or not! de Londres hasta el día 8 de enero.
Deja una respuesta