Rusalka, la ópera más célebre del compositor checo Antonín Dvořák, vuelve a lo grande al Teatro Real. Lo hace con una nueva producción, en la que han colaborado también la Säschsische Staatsoper de Dresde, el Teatro Comunale de Bolonia, el Gran Teatre del Liceu de Barcelona y el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia. Rusalka se presentará en todos éstos después de su estreno y las diez funciones en Madrid hasta el 27 de noviembre.

Es un “acontecimiento mayúsculo, después de una ausencia increíblemente prolongada de casi un siglo”, comenta Joan Motabosch, director artístico del Real. Esta ópera con enorme “cuota de popularidad” en el mundo estuvo presentada en Madrid por última vez en 1924.
El libreto de Jaroslav Kvapil está basado en la leyenda centroeuropea que inspiró el libro Undine (1811) de Friedrich de la Motte Fouqué y en el cuento La sirenita (1837) de Hans Christian Andersen, en el que una ninfa de las aguas decide abandonar su mundo acuático a cualquier precio para perseguir al príncipe al que ama.
El director de escena Christof Loy tiende un puente entre estos dos universos aparentemente irreconciliables, ahondando en las pasiones, anhelos y contradicciones de los personajes. En la concepción de Loy, el reino de las aguas con Rusalka, su padre Vodnik, la hechicera Ježibaba y las ninfas, se transforman en una extraña y olvidada familia de teatro con un pasado glorioso. Ese espacio cerrado, decadente y evocador está concebido por el escenógrafo Johannes Leiacker. La iluminación está a cargo de Bernd Purkrabek y vestuario es de Ursula Renzenbrink. Allí todo se mueve con el sueño de una bailarina coja enamorada, que aspira a llegar al cielo con sus zapatillas de punta y el poder transformador del amor.

Ivor Bolton, director musical del Teatro Real, está al frente de dos repartos en los que se alternarán, en los papeles protagonistas, las sopranos Asmik Grigorian y Olesya Golovneva (Rusalka); los tenores Eric Cutler y David Butt Philip (El príncipe); los bajos Maxim Kuzmin-Karavaev y Andreas Bauer Kanabas (Vodnik) y las mezzosopranos Katarina Dalayman y Okka von der Damerau (Ježibaba).
El Coro y la Orquesta Titulares del Teatro Real interpretarán por primera vez esta ópera, que vuelve al escenario del Real a punto de cumplir el 120 aniversario de su creación. Según Ivor Bolton se trata de “una de las composiciones más delicadas, brillantes y conmovedoras. Muchos críticos consideran los últimos quince minutos los mejores de la ópera mundial”. Rusalka figura “en el top 10” de las mejores obras en la historia de este arte.

Pero además, un estreno operístico de estas características en mitad de una pandemia global es toda una declaración de intenciones. El director del Teatro Real Ignacio García-Belenguer comenta que el coliseo madrileño “quiere mantener el concepto de cultura segura y la apuesta por seguir abiertos”. Para garantizar la seguridad sanitaria, se han instalado más maquinas ultravioleta. Además, se hacen más pruebas semanalmente a todos los elencos y al personal del teatro. Al ser Rusalka de una duración total de casi cuatro horas, las funciones se han adelantado a las 19,30 horas, “para garantizar que cumplamos con el horario de confinamiento y podamos estar en casa a las 12”.
Deja una respuesta