Hace unos días se celebraba el Día Internacional de los Museos. Cada 18 de mayo los Museos sacan sus mejores armas culturales para ofrecer un amplio abanico de posibilidades a los visitantes en este día tan especial. Sin embargo, este año, el Museo del Prado nos ha sorprendido con la inauguración de un espacio nuevo el día siguiente a esta fecha tan especial. Puede parecer una tontería, pero este espacio se va a convertir en una de las mejores bazas de ampliación de exposición del edificio y qué mejor que inaugurarlo justo en una fecha tan señalada.

Este espacio se ha bautizado como Galería Jónica y va a acoger las piezas escultóricas que forman parte de la colección del museo. Ya el nombre de este lugar nos remite a un tipo de capitel que adornaba la parte superior de las columnas griegas, con unas características volutas muy fáciles de reconocer. El nombre en sí es toda una declaración de intenciones que nos está dando pistas del tipo de representación escultórica que vamos a poder contemplar.

Esta galería ya había sido proyectada en el siglo XIX por el arquitecto del museo, Juan de Villanueva. Tanto en este espacio como en su gemelo, situado en el flanco contrario del edificio, se exponían las esculturas de la colección real. Es más. En 1839 se inauguraban otras salas del museo destinadas a la exhibición escultórica. Sin embargo, en el siglo XX el Museo del Prado siempre ha sido conocido como una gran pinacoteca. Con motivo del 200 aniversario de su apertura al público, que se celebró en 2019, la iniciativa de recuperar estas salas originales es un guiño a la historia tanto del edificio como de la colección que alberga.

Y es cierto que las esculturas del museo siempre han pasado desapercibidas. Ante el aluvión de obras maestras pictóricas que posee la colección real del museo es lógico pensar que la representación escultórica pase a un segundo plano. Con esta reinauguración de esta galería la idea es darle su uso original con las piezas que un día formaron parte de este lugar.

La pregunta que se realiza el visitante es ¿qué piezas se pueden encontrar en este espacio? Desde escultura egipcia, pasando por representaciones romanas hasta llegar al Renacimiento y Barroco. Y todo ello está en relación con el nombre de la galería. Por un lado, en el mundo romano se utilizan las técnicas y estilos creados por la cultura griega pero mejorándolos y ampliándolos. Por otro, durante el Renacimiento se recupera todo el saber de la cultura de la Antigüedad Clásica con todo lo que ello significa: recuperar el esplendor de Grecia y Roma. Y si se quiere rizar el rizo, los romanos conquistaron Egipto, por lo que es lógico que muchas piezas egipcias se hayan encontrado en excavaciones romanas, y durante las excavaciones arqueológicas de Pompeya, Herculano y Estabia, que se realizaron allá en el siglo XVIII y XIX, cuando el Reino de Nápoles aún pertenecía a la corona española, gran parte de las piezas encontradas se incorporaron a la colección real.

Lo más relevante a la hora de observar cada una de las piezas que se exhiben en la galería es el cambio físico que contemplamos en ellas. Primero, desde el material que se emplea. Segundo, el tipo de representación que se escenifica, desde escultura real o nobiliaria a la de tipo mitológico, pasando por el mayor o menor realismo que expresa hasta su total idealización. Tercero, el estilo que representa. El visitante va a apreciar más rasgos en común entre escultura renacentista y romana que con la egipcia. Pero incluso dentro de esos rasgos las diferencias entre esas similitudes son palpables entre los estilos.

Así que, si estás pensando en hacer una visita a las salas del Museo del Prado, no dudes en visitar la Galería Jónica y las esculturas expuestas a lo largo de su recorrido.