Hablamos con el fotógrafo y artista David Drebin sobre su nuevo libro, Flirting with Danger (teNeues) y su particular filosofía de vida, la «drebinology».

Outside the Bubble

Estar representado por Fahey/Klein, la galería de fotografía más importante de Los Ángeles, ya es un gran éxito para cualquier artista. Sin embargo, cuando Elton John compró casi la mitad de las obras en la noche de la inauguración de su primera exposición individual allí en 2004, el fotógrafo y artista David Drebin se convirtió en una de las estrellas emergentes de la escena artística contemporánea. A la inauguración asistió también un representante de Camera Work de Berlín, una de las galerías más reconocidas en Europa, también especializada en fotografía. Pocos días después, Drebin recibió una oferta para estar representado también por ellos. Pronto llegó la amistad y la colaboración con la editorial alemana teNeues, con la que ya ha publicado nueve libros. En la última década, sus exposiciones han recorrido todo el mundo: Viena, Amsterdam, París, Miami, Nueva York.

Nacido en Canadá en 1970 y afincado en Nueva York, David Drebin se graduó en la Parsons School of Design en 1996 y comenzó su carrera en la fotografía comercial y publicitaria, fotografiando, entre otros, a estrellas del cine y del mundo del espectáculo, atletas y artistas de todo el mundo. Con el tiempo, Drebin desarrolló su estilo artístico muy característico, que ha dado como resultado un impresionante portfolio multidisciplinar. Además de fotografías, también incluye cajas de luz, instalaciones de luz de neón e impresiones de polvo de diamante. Los precios de sus obras oscilan entre 7.000 y 40.000 euros.

Facing Myself

Su reconocible estilo cinematográfico y narrativo está a menudo habitado por mujeres fatales en escenarios dramáticos. Sus fotografías abren la puerta a un misterioso viaje de la imaginación e invitan al observador a olvidar momentáneamente el mundo que le rodea. La atmósfera que se respira en ellas es siempre atractiva: melancolía romántica y un toque de erotismo. Cada imagen nos inspira a continuar la “película” en nuestra mente: ¿qué ha pasado antes?, ¿qué ocurrirá a continuación?

Para crear la ilusión más evocadora en su obra, David Drebin viaja por el mundo en busca de los lugares más bellos y expresivos: ciudades, vistas panorámicas, hoteles.

Su último libro, Flirting with Danger, editado por teNeues, está dedicado al cautivador encanto de lo prohibido y lo peligroso. El gran formato del libro (29×37 cm) permite que las imágenes se desplieguen con su máximo efecto dramático.

Hablamos con David Drebin sobre su nuevo libro, su trayectoria y su filosofía positiva de vida, o su “drebinología”.

¿Cómo crea sus fotografías? ¿Se siente como un director de cine?

Más bien como un productor. Mi imaginación me guía lo que tengo que hacer. Creo que mi deseo se hará realidad en un mundo en el que la gente suele necesitar ver algo con sus ojos para creerlo.

¿Cuánto tarda en preparar y realizar sus sesiones fotográficas?

Cada situación es diferente dependiendo de los «ingredientes»: el casting, las localizaciones, etc. Algunas imágenes llevan semanas de preparación. Otras suceden muy rápidamente, casi de forma espontánea. He trabajado en platós con cientos de personas en Hollywood. Pero también yo solo, fotografiando a una amiga en Tokio, por ejemplo.

En sus fotografías hay mucho humor, drama, lujo, belleza. ¿Cuál es el sentimiento que le gusta retratar?

Me encanta pensar que las mujeres de mis fotos son inteligentes y sexys y que les gusta coquetear con el peligro utilizando su brillante intelecto.

Para la portada de su nuevo libro «Flirting With Danger» eligió la fotografía «Risky Landing». ¿Recomienda ser más arriesgado en la vida y coquetear más con el peligro?

No hay libertad en la seguridad, pero sí hay seguridad en la libertad.

Diamond Crusher

Hoy sus obras, a menudo llamadas «drebins», son tan reconocibles como los «manolos» del famoso «zapatero» Manolo Blahnik. ¿Cómo llegó a su estilo tan característico?

Todo es ensayo y error. Descubrí mi estilo solo después de haber creado muchas obras. Vivo con la sensación de que nunca he conseguido del todo lo que me proponía. Eso es lo que me hace seguir adelante. El primer público de mi trabajo soy yo mismo. También soy mi crítico más duro.

¿Qué historias le quedan por contar?

Quiero que la gente se vea reflejada en mis obras. Que reconozcan en ellas sus anhelos, fantasías y deseos. Todo el arte que creo, fotografía, neones, obras en polvo de diamante, esculturas, trata sobre el estilo de vida. Mi obra es solo un espejo para la gente que observa el arte en sí. Espero que puedan transportarse a la propia imagen para ver cierta parte de sí mismos.

¿Cómo descubrió la fotografía?

Diría que lo último que quería hacer era fotografía. Mi compañero de piso en Vancouver, donde vivía en los 90, estaba dando clases de fotografía. Cuando una vez me enseñó las fotos que había hecho, me cautivaron al instante. Incluso me obsesioné en comprender mi propia imaginación a través del uso de la cámara. Este proceso me dio acceso a mis pensamientos más profundos sobre cómo veo el mundo y la naturaleza humana.

The Great Beauty

Ha contado que el gran avance se produjo en la inauguración de una exposición suya en la galería Fahey Klein de Los Ángeles en 2004, donde Elton John compró la mitad de la muestra. ¿Cómo recuerda aquella noche?

Sin duda fue un momento importante al principio de mi carrera. Por lo demás, esta es naturalmente el resultado de una larga serie de muchos momentos. Muchas personas famosas poseen mis obras, pero no distingo entre coleccionistas famosos o desconocidos. Simplemente, les estoy agradecido por apoyar mi trabajo de esta manera durante más de dos décadas.

Dice que quiere inspirar a las personas y a hacerlas creer que todo es posible. ¿Cómo llegó a esta idea positiva de la vida, o su «drebinología«?

Siempre pienso «qué puedo hacer por ti». Para mí siempre ha sido mucho más importante comprender a los demás que ser comprendido. Prefiero mostrar interés por los demás que intentar ser interesante para ellos.

Lost Angel

Todas las imágenes: © David Drebin / teNeues