¿Cuántas veces nos hemos sentado en el autobús y los pies no nos llegaban al suelo? ¿Cuantas veces hemos abierto un armario y nos ha sido imposible llegar a la última balda? o nos hemos probado unos vaqueros y nos quedaban demasiado largos… Aunque en nuestro día a día nos encontramos con algunas adversidades como las anteriores, no somos conscientes que detrás de cada mueble, objeto o pantalón existe un estudio exhaustivo de sus proporciones.

Desde la antigüedad el ser humano se ha dedicado a reunir la información y documentación necesaria sobre la variabilidad dimensional del cuerpo humano. Este estudio se denomina antropometría. A continuación os mostramos algunos de los métodos más sorprendentes que han sido utilizados a lo largo de la historia.

Ya en 1490, el célebre Leonardo da Vinci realizó su famoso hombre de Vitruvio. Quién no ha visto este dibujo en camisetas, tazas, llaveros o incluso caracterizado por dibujos animados. En realidad, se trata de un estudio de las proporciones del cuerpo humano, realizado a partir de textos de arquitectura de Vitruvio, el arquitecto de la antigua Roma. Este versionadísimo dibujo es conocido como el canon de las proporciones humanas.

Cuatro siglos después el reconocido arquitecto Le Corbusier, realizó un estudio antropométrico en su libro “Le Modulor” (1948). Estableció una relación directa entre las proporciones de los edificios y las del hombre. Este arquitecto francés definió la vivienda como “la maquina para vivir”. El lugar donde “Le Modulor” se puso a prueba la primera vez fue en La Unidad Habitacional, en Marsella. Se trata de la primera vivienda que se proyectó y construyó, después de la Segunda Guerra Mundial.

Otro de los que dedicó gran parte de su obra al estudio de la ergonomía, es el artista Yves Klein, creador del conocido azul Klein. Este color ha sido mundialmente utilizado por diseñadores a lo largo de los años. Hoy en día se conoce como IKB (International Klein Blue), nombre con el que él mismo lo bautizó.En su breve trayectoria como pintor, termina por rechazar el pincel, pasando a trabajar de forma directa con el cuerpo de las mujeres o como él las llamaba “pinceles vivos” (pinceaux vivants).

Sus antropometrías se proyectaban en performance donde, bajo su dirección, las modelos totalmente desnudas se cubrían de pintura azul e imprimían la huella de sus cuerpos sobre superficies blancas. De esta manera Klein utiliza los cuerpos a modo de brocha viviente.

Probablemente nunca habías pensado como la ergonomía afecta a nuestro día a día. Seguro que a partir de ahora piensas en el diseño de otra forma.