Desde que se impuso el confinamiento, hace más de un mes, la necesidad de moverse parece ser una constante en todos los seres humanos. Acostumbrados a una rutina de movimiento diaria, aunque sólo sea para ir al trabajo, este parón repentino se ha notado a nivel no sólo ya físico, sino también mental. Muchos artículos estos días inciden en la necesidad de una mínima rutina de ejercicios diarios. Mantener activos nuestros músculos, nuestro sistema cardiaco, inmunológico, respiratorio y circulatorio, es un bien que muchas veces no está al alcance de todos. Y las personas que lo pueden hacer son ya, en sí, muy afortunadas.

En un país como Estados Unidos, con las tasas de obesidad más altas del mundo por muchos factores, seguramente el invento de Brian Oaks podrá ser considerado una de las armas más eficaces para que las personas sigan en movimiento. Pasar 8 horas diarias confinadas teletrabajando desde casa no es lo más recomendable. El cuerpo necesita sus momentos de cambio de postura, de estiramiento o de movimiento. Por eso, la creación de Fitwork puede suponer un antes y un después para entender el concepto “lugar de trabajo”.

Fitwork es un centro operativo que reúne las ventajas del movimiento con las de pasar tiempo sentado. La idea es muy simple: crear un centro de trabajo físico adaptándole una silla de oficina. El resultado es Fitwork, una silla acoplada a una cinta de correr y unos steps. Con ello, no hay excusa posible para no querer moverse mientras se trabaja. Si no te apetece estar sentado, te levantas, enciendes tu cinta y te pones a andar. Quien dice andar, dice correr. O si no, a subir escaleras.

Fitwork se convierte así en una solución para aquellas personas con poco tiempo para ponerse en forma. Aunque, también, para aquellas personas que necesitan poner su cuerpo en movimiento durante el confinamiento. A partir de ahora, las oficinas podrán velar por la salud de sus trabajadores, tanto muscular como mental, con esta nueva máquina aeróbica.