Un torrente de color para convertir a los iconos pop más representativos en integrantes de la última corriente de modernos que ha conquistado la subcultura internacional, los hipster. Con lápices de colores, acuarela y ayudándose del retoque digital, el diseñador chileno Fabian Ciraolo ha logrado dar un giro a la indumentaria y la estética de algunos de los personajes del movimiento pop del pasado siglo, como pueden ser Salvador Dalí, Picasso, Marilyn Monroe o Frida Kahlo.
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La cultura hipster ha surgido a raíz de la música independiente, que poco a poco ha hecho mella en otros ámbitos de la cotidianidad como puede ser la moda o el estilo de vida. En resumen sería una forma de vivir alejado de la corriente dominante, más allá de lo establecido, a los que les gusta todo aquello que nació el mileno pasado, a excepción de su predilección por las últimas tecnologías y las redes sociales. Un espíritu divergente que casa a la perfección con el mantenido por los personajes retratados por Ciraolo en su serie de ilustraciones de colores vibrantes llenos de magia y ciertas dosis de nostalgia.
“Lo mío siempre fue el dibujo, desde muy chico, pero cuando vendí mi primer cuadro, a los 12 años, me di cuenta que esto funcionaba, de ahí en adelante todo giró en torno al dibujo, la ilustración y la pintura. Estudiando diseño, inconscientemente, me expresaba dibujando. No me costó darme cuenta de que esto es lo mío y que mi futuro laboral, por decirlo, iba por acá. Mi carrera como ilustrador empezó simplemente diciendo: no hago diseño, sólo ilustración, costó, pero resultó”, asegura Ciraolo y rescata Cultura Colectiva en su página web.
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Para aquellos que, como yo, sienten pánico ante una hoja en blanco si tienen por delante el reto de hacer una ilustración, Ciraolo explica cómo realiza su trabajo paso a paso: “Empiezo por bajar una idea interesante, veo de qué forma quiero mostrarla y mejor aún cómo me va a interesar desarrollarla; siempre parto con un boceto rápido sólo para retener la idea, luego empiezo el dibujo a mano, tratando de que este proceso sea lo más completo posible. Tanto en lápiz como la parte de color y sombreado, todo lo dibujo con un portaminas 01, agrego las sombras y retoques que se necesite, pasando después a la parte color donde generalmente ocupo varias técnicas, acuarelas, temperas y acrílicos, también óleos, pastel seco y lápices de colores, depende mucho lo que se esté haciendo y al resultado que quiera llegar. Teniendo esto listo se digitaliza y se agregan retoques, se crea el ambiente, se une con algún fondo hecho a mano, se agregan los detalles. Creo que lo más importante es generar el ambiente adecuado para la ilustración, que no sea solamente un dibujo, sino que diga algo, que cause algún tipo de sensación en particular, no importa cuál. Digitalmente se trabaja el collage y las manipulaciones fotográficas como últimos detalles”, explicaba el artista chileno en una entrevista concedida a la revista Anormalmag.
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Disney también se vuelve hipster en sus manos
No es la primera vez que Ciraolo se imagina a personajes públicos como auténticos miembros del movimiento hipster. Tiempo atrás realizó una serie de ilustraciones englobadas bajo el título Old School Heroes, donde sacaba a relucir el lado más alternativo de dibujos animados o personajes del comic que le acompañaron en su infancia, como es el caso de Pinocho, Bambi, Blancanieves o los ‘íntimos amigos’ y compañeros de aventuras, Batman y Robin, que no dudan en fundirse en un tierno beso mientras los animalillos del bosque que ayudan a las princesas Disney a hacer la limpieza del hogar.
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Pero, como cualquier artista, no crea por el mero hecho de mantener ocupadas sus manos, sino por inquietudes. Su fuente de inspiración, cuando las musas se toman un día de asueto, puede provenir de cualquier elemento cotidiano que le cambia los esquemas, ya sea una conversación, una cita, la música o simplemente un sentimiento. Todo ello queda reflejado en sus ansias de transmitir una idea de cambio cíclico en el que lo moderno, como fue antaño la cultura pop y lo es hoy en día la hipster, son simplemente reinvenciones de lo ya creado. Eso sí, nunca una vuelta de tuerca fue tan apetecible como la catarsis de sensaciones que se palpan en los colores de Ciraolo.
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