Aunque pueda parecernos increíble, ahora es posible poder llevar con nosotros un «pedacito» de nuestra ciudad. Ése lugar dónde creciste, diste tus primeros pasos o te enamoraste. Ya no estará solamente en nuestro recuerdo. Para otros, su ciudad no es solo un recuerdo, sino que es arte en estado puro. Cada baldosa, cada columna o alcantarilla tiene su peculiaridad que, aunque pueda pasar desapercibida, la verdad es que en el caso de nuestros protagonistas es toda una forma de vida.

Desde la capital berlinesa llega Raubdruckerin una iniciativa que lleva la identidad de calles y ciudades por todo el mundo. Emma-France Raff, su padre y, su amigo artista y pintor Johannes Kohlrusch son las cabezas pensantes de la marca que, a modo de imprenta callejera, han desarrollado una idea única creando una auténtica legión de fans. Una iniciativa de proyecto experimental de grabado, que utiliza estructuras urbanas como tapas de alcantarillas, rejillas, objetos técnicos e incluso la vegetación característica de la zona, creando diseños únicos y personalizados. «El proceso de convertir un detalle de la ciudad en una imagen, que se muestra en el pecho de alguien, puede considerarse como arte callejero invertido. Una parte de la ciudad se extrae de su origen y se le da nueva vida en un contexto diferente. Al llevar la imagen, las personas se vuelven parte del proyecto«, comentan desde Raubdruckerin.

Ámsterdam, Madrid, Roma, Barcelona, Atenas, Bruselas, Lisboa o París son algunas de las ciudades que podemos encontrar en sus diseños. Siempre desde el enfoque de explorar las superficies de las ciudades, en busca de detalles pasados ​​por alto, aparentemente insignificantes en el pavimento, que resultan ser verdaderas piezas de diseño urbano. Revelando obras de las ciudades, que están llenas de historia, diversidad y creatividad.