CentroCentro muestra hasta el 7 febrero de 2021, la mayor exposición de Fernando Botero en España. La retrospectiva ‘Botero‘ presenta 67 obras de gran formato divididas en siete secciones correspondientes a los temas más característicos del artista colombiano: América Latina, versiones, naturaleza muerta, religión, corrida y circo. Además, también podemos disfrutar de su obra más reciente e inédita de acuarelas sobre lienzo.
70 años de trayectoria profesional, en los que Fernando Botero ha creado cerca de tres mil oleos, más de doscientas esculturas y alrededor de doce mil dibujos a lápiz, carboncillo, pastel y sanguina. Una muestra producida por Arthemisia y supervisada hasta el más mínimo detalle por el maestro, “por lo que se invita a contemplar su obra a través de sus ojos, como si fuera un museo “imaginario” de Botero”. Aunque está en plena forma, Fernando Botero no ha viajado a Madrid por precaución en plena segunda ola de la pandemia.

En Malatinta hablamos con Lina, hija del artista Fernando Botero y comisaria de la muestra junto a Cristina Carrillo. Más de diez años trabajando junto a su padre, además de participar en el documental ‘Botero‘ del cineasta canadiense Don Millar.
Botero regresa a Madrid con la mayor exposición jamás vista: «él llegó por primera vez en Madrid en 1952 como un estudiante de arte pobre. Aquí estuvo trabajando como copista con su caballete, sus pinceles y sus lienzos en las salas del Prado. Aquí tuvo su primer encuentro con el verdadero arte de los grandes museos de España. Le emociona volver a un lugar tan cercano a su corazón», comenta Lina.
¿Cuál es el origen de su vitalidad?

El entusiasmo por su trabajo. A sus 88 años sigue trabajando todos los días con el vigor de siempre. Eso se nota en la sala dedicada a su obra más reciente. Esas acuarelas sobre lienzo de gran formato que empezó apenas hace un año. Es un artista que está continuamente experimentando e investigando. Mi padre es uno de los pocos artistas contemporáneos que dominan varias técnicas de dibujo. Ahora se encuentra en una etapa muy prolífica de su carrera.
Fernando Botero es uno de los artistas vivos más queridos en el mundo. ¿Le llega ese amor de la gente?
Mi padre es muy modesto, pero sí, claro que le llega. Imagínense que en el año 2000 él tomó la decisión de regalar a Colombia la totalidad de su colección privada de arte que había reunido a lo largo de 35 años y aparte, más de 200 obras de su autoría. Y lo hizo como todo lo que él hace: fue una decisión radical. No solo lo que tenía almacenado, si no que descolgó hasta las obras de sus propias paredes y entregó absolutamente todo a Colombia.
Continuamente dice que ésa fue la decisión más brillante que ha tomado en su vida, porque le ha sido devuelto con mucho amor. Así que sí, afortunadamente es un artista que sí ha gozado del cariño de la gente y eso ha sido muy satisfactorio para él.
Es también uno de los artistas contemporáneos de más éxito durante muchos años.
Tiene la satisfacción de una carrera brillante y sí, efectivamente, mi padre es el artista vivo más publicado y el que más grandes exposiciones en museos del mundo. Ha realizado desde el Pushkin en Moscú, el Hermitage en San Petersburgo, el National Museum of China en Beijing, el Gran Palais en Paris, el “Reina Sofía” en Madrid. Ha sido un artista con mucho éxito en su vida.

Tu padre es conocido por una obra poética y agradable, aunque en varias ocasiones haya expresado un compromiso con unas realidades bastante duras.
Él siempre ha dicho q el arte no tiene la capacidad de cambiar las cosas, pero sí de dejar un testimonio en la memoria colectiva de la humanidad. Esto ayuda a que ciertos episodios no se olviden jamás. Todos nos acordamos del bombardeo de Guernica, porque Picasso pintó el cuadro. De lo contrario, habría sido un episodio de tantos más de la Guerra Civil Española. Ese fue el objetivo de mi padre al pintar Abu Graib, dejar testimonio de un momento que él consideraba atroz. Lo mismo hizo con la serie sobre la violencia en Colombia, ese episodio tan triste y tan negro de la historia de nuestro país.
El documental ‘Botero’, el primero autorizado por la familia, está cosechando gran éxito. ¿Por qué decidisteis participar?

Hace mucho tiempo que teníamos la inquietud de grabar un documental, o más bien un documento cinematográfico visual que fuera fiel a lo que es la obra de mi padre. Fue un trabajo de más de dos años y medio. Se filmó en diez ciudades. Logramos una entrevista maravillosa con mi padre en su estudio de Monte Carlo. De entrada, él no quería hacer la película, le parecía una pérdida de tiempo. Lo único que quiere es estar en su estudio trabajando. Pero bueno, logramos trabajar a su lado sin molestarle demasiado.
En la película comentas que todos los veranos la familia se reúne durante un mes entero.
Mi padre tiene una casa en Pietrasanta- Italia y desde hace más de 35 años ha sido el lugar de encuentro para todos. Pasamos siempre un mes reunidos y es maravilloso. Sobre todo, las mesas largas y las sobremesas eternas que compartimos y disfrutamos junto a mi padre.
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