“¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré!” Esta famosa frase procede de uno de los cuentos infantiles más conocidos de toda la historia, pronunciada por un Lobo ansioso por comerse a uno de los tres cerditos protagonistas. Cada uno de ellos había decido construir su propio hogar con diferentes tipos de materiales: paja, madera y ladrillo. Y resultó ser que el ladrillo, como material más sólido, salvó a los tres hermanos de ser devorados por el hambriento can. Sin embargo, al artista del artículo de hoy no le interesa este estable material. Prefiere, sin lugar a dudas, uno más antiguo y que ha estado ligado a la historia de su familia, desde que allá por el siglo XIX uno de sus antepasados decidiese emigrar desde Suiza a Estados Unidos para buscar fortuna a base de construir graneros en madera.

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En la ciudad de Elk River, en el estado de Minnesota, Dan Pauly es capaz de crear auténticas casas de cuento. Pero detrás de este maravilloso resultado se encuentra una pasión innata por la madera y las antigüedades. Pauly tiene arraigado el arte de la madera desde un niño, ya que procede de una vieja extirpe de artesanos que se remonta hasta cuatro generaciones atrás. La talla de la madera es un arte que este ebanista no ha querido abandonar y por ello trata con sumo cuidado cada obra y cada pieza que pasa por sus manos.

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Para llevar a cabo sus obras toma la mejor madera posible de la zona oeste del estado de Minnesota. En muchas ocasiones emplea maderas recicladas de estructuras que han envejecido con el paso de los años y las somete a un proceso de planificación, lijado a mano y sometiéndolas a capas de tratamiento para conseguir que el esplendor del material siga vivo. En ese momento preciso de recuperación es cuando emerge la belleza de la madera, reflejando su pasión por el material viejo y la historia que se esconde detrás del mismo.

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Dentro de su catálogo se pueden apreciar desde cabañas a saunas, pasando por casas de juego, casas para jardín, casas de huéspedes o casas de campo, inmersas en un escenario único que parecen sacadas de un cuento de los hermanos Grimm.

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