Como cada año, National Geographic ha elegido las 100 mejores imágenes del 2019. Es un trabajo arduo, lento y selectivo, donde tras visualizar más de dos millones de fotos se eligen aquellas que van a destacar por diferentes motivos. Los temas son de lo más variopintos: desde el día a día de la realidad cotidiana hasta aquellos que mueven la sensibilidad y alma humana. Cada una de estas obras responde a un instante, a un momento concreto, a un recuerdo curioso, insólito o imborrable.
De todas estas imágenes, que pueden verse a través de la página oficial de National Geographic www.nationalgeographic.es , hemos seleccionado en este artículo algunas para el lector.

Esta fotografía, tomada por Thomas P. Peschak, captura el momento de la llegada de las tortugas oliváceas a las costas de Costa Rica para desovar durante la estación lluviosa. Esta bonita imagen fue captada después del atardecer en la playa.

Una de las fotografías que captan el día a día en el Yucatán mexicano es esta de Nadia Shira Cohen. Una joven madre termina de peinar a su hijo antes de dirigirse a su trabajo como apicultora en la ciudad de Tinún.

Una de las imágenes más sórdidas es la de Lynn Johnson. En ella, retrata el cadáver de Susan Potter, una de tantas personas que decidió donar a la ciencia su cadáver para que los estudiantes de medicina puedan aprender e investigar sobre el funcionamiento del cuerpo humano.

La imagen que mejor define el sentimiento urbano es la del fotógrafo David Guttenfelder. Tomada en la Chou-dori de Ginza, una de las zonas más transitadas de la ciudad de Tokio, por las tardes se transforma en un lugar peatonal que atrae a miles de turistas y viandantes.

La historia más entrañable se puede encontrar en la imagen capturada por Ami Vitale. Los últimos momentos de la vida de un rinoceronte llamado Sudán y su cuidador son una de las obras más sentimentales y con mayor empatía que se pueden encontrar este año.

El fotógrafo Cèdric Gerbehaye retrata en su imagen el trabajo en las salinas de los indígenas aymara en el salar Uyuni de Bolivia.

La vida cotidiana tiene un sentido más amplio con la imagen de Acacia Johnson. En ella, una niña inuit recoge agua dulce para el té en Nuvukutaak, en el Arctic Bay en Canadá.

Por último, una de las fotos más curiosas es la tomada por Martin Oeggerli. Su cámara ha captado la esencia de la lavanda. Esta planta olorosa puede verse casi de forma microscópica, donde los pelos que recubren la hoja la protegen del sol y conservan la humedad del agua en su interior.
Foto principal Paolo Woods y Gabriele Galimberti.
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