La inconquistable perfección de Barbie ya ha encontrado una sorprendente dura rival a la que juzgó de forma errónea como débil: la cruda realidad. La apología de la belleza y las proporciones poco naturales se ha topado de frente con una archienemiga a la que nunca había otorgado el poder que ostenta: los granos, las estrías y la celulitis son las armas de cotidianidad que utiliza Lammily, la ‘Barbie normal’, en esta dura batalla en el ‘mundo muñequil’.

La última adquisición de tal cotidiano ‘armamento’ ha resultado ser una bien conocida y pocas veces bienvenida y bien hallada del mundo femenino: la menstruación. En ocasiones interpretada en anuncios por aterradoras y estrictas mujeres vestida de rojo con un semblante más severo que la Supernanny, otras veces glorificada cual mística aparición de la pureza – los de la ‘generación Chanquete’ nunca olvidaremos aquel memorable capitulo de ‘Verano Azul’ en el que a Bea ‘le vino la regla’-, lo cierto es que a la menstruación le han salido curiosas representaciones con el único fin de romper lo que antaño era casi un tabú.

Lammily se ha empeñado en ofrecer naturalidad en este sentido y una vez más, quebranta la tiranía de las muñecas perfectas con una versión que incluye ciclo menstrual y un curioso kit con ropa interior, toallas sanitarias, pastillas de colores y un folleto didáctico sobre el tema, junto a un calendario para poder controlar y calcular las idas y venidas de su periodo.

Cicatrices, pecas, lunares y arañazos de quita y pon son los curiosos complementos -a modo de pegatinas reutilizables– de esta muñeca que pretende invitar a la reflexión, objetivo cumplido, a las pruebas nos remitimos,  del artista e investigador Nickolay Lamm, que se propuso lograr un proyecto que ensalzara la belleza de lo real. ¿Quieres una muñeca original, normal y posiblemente con algunos días difíciles al mes? Echa un vistazo a este vídeo de Lammily: