La primera gota, la difícil, es de sangre… a veces nos la arrebatan sin permiso por la fuerza, pero en otras ocasiones, alguien logra con suma habilidad que la entreguemos de forma voluntaria, plenamente conscientes, para impulsar ese cambio que lo transforme todo. Así es cómo el espectador cede su primera gota durante esta historia, desde el papel de mudo testigo de un íntimo trasvase emocional entre dos desconocidos que derraman heridas y concepciones morales ante nuestros ojos.

En un entorno frío y desapacible, dos personalidades, dos caras de la moneda quizá no tan opuestas, desgranarán, gota a gota, algunas de las miles de capas que envuelven la esencia del ser humano. Soledad, obsesión, sufrimiento, pérdida… ‘La primera gota’ habla de esa incombustible búsqueda de empatía, de la necesidad de ser comprendido, del deseo de abrir a la fuerza los ojos ajenos, de la capacidad de manipular, de la comodidad de ser manipulado…

Pero también habla de incoherencias, casualidades y transiciones personales; y, sobre todo, del cambio, expresado a través de la intensidad y los giros de guión que Aitor Gata, autor y director de esta historia– ya os hablamos de otra de sus obras, ‘Cometiendo Aciertos’– sabe plasmar con naturalidad sobre escenario.

Los actores Dion Cordoba (For) – en una interesante y destacable interpretación de un personaje con múltiples ángulos- y Asier Iturriaga (Javier) – encarnando el papel de involuntario rehén, canal de expresión del primero- cargan con gran agilidad el peso de la obra sobre sus hombros y exponen con destreza la tensión, fragilidad e incluso humor que irán definiendo poco a poco ambos personajes, dibujándose uno frente al otro, gracias a sus luchas pero también a sus encuentros.

Con una original escenografía, en plena sincronía con la intensidad de la trama, esta obra permite al espectador observar este proceso de cambio desde distintas perspectivas: en primera persona, desde la cercanía -física y emocional- con sus protagonistas, pero también mirando a través de un objetivo que permite contemplarlos desde diversos enfoques, con esa diversidad de puntos de vista con la que nos miran y miramos a los demás a diario y que permite comprobar que la realidad ofrece distintas composiciones.

«El dolor es acción. Si no haces nada, no eres nada», así que en Malatinta te proponemos que pases a la acción, que apuestes por poner esa primera gota que lo cambie todo. Durante los miércoles de octubre, a las 20.30h, Nave 73 ofrece una interesante alternativa para todos aquellos que buscan propuestas creativas diferentes.