¿Quién no admira a Walt Disney? ¿Y a Salvador Dalí? Incluso ellos mismos se profesaban admiración mutua públicamente, además de atesorar una amistad que perduró a lo largo de los años. Lo que pocos conocen es que estos dos iconos del mundo de las artes del siglo XX se traían entre manos una colaboración cinematográfica muy especial que finalmente no llegó a buen puerto. Un capítulo de sus vidas que ocupa un interés central de la exposición que acoge la ciudad de San Francisco hasta el próximo mes de enero en el Museo de la Familia Walt Disney bajo el título Arquitectos de la imaginación.

Walt Disney y Salvador Dalí (Web del museo Disney)

Walt Disney y Salvador Dalí (Web del museo Disney)

Fue en el año 1936 cuando el camino del productor de películas de animación y el del pintor español se cruzaron para dar paso a una relación de respeto profesional y mimo personal. Como telón de fondo, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, donde se acogía la exposición de Arte Fantástico, Dadaísmo, Surrrealismo de Dalí a la vez que se mostraban algunos de los cortometrajes de animación del padre de la compañía Disney.

Desde entonces, ambos comenzaron a intercambiar ideas con la intención de aunar sus particulares formas de entender el mundo. Dos vidas marcadas por padres de trato rígidos y arraigadas tradiciones conservadoras que rivalizaban con la sobreprotección de unas madres cariñosas y afectuosas. Las cartas que se enviaban forman parte ahora de la exposición que tiene lugar en San Francisco que, en palabras de su director, Ted Nicolaou, “son una ventana a la personalidad de ambos creadores”, así como una prueba de las intenciones frustradas de ambos genios del arte de fusionar sus dones en una película que llevaría como título Destino. la colaboración no resultó fructífera y terminó ocho meses después de comenzar, dada la disparidad de ambos a la hora de contar historias. Sin embargo, la cinta finalmente fue rematada por el sobrino de Disney, que rescató del olvido la idea 58 años después (2003).

A diferencia de Disney, «a Dalí no le importaban los personajes. Para él las historias no eran narrativas que empezaban en el punto a y continuaban en b y c. Para él una historia era una sucesión de imágenes como si fuesen sueños», señala el comisario de la citada exposición. Es por ello que su dificultad a la hora de tomar una decisión terminó por echar al traste sus deseos de trabajar juntos. Sin embargo, su intención ya es valiosa en sí misma, como así ha quedado patente en la exposición que se puede visitar hasta el próximo mes de enero. Una oportunidad de oro de entender de cerca estos dos genios del siglo XX.

Foto superior: BFFs: Salvador Dali & Walt Disney (1946).