Después de contemplar el eclipse solar del pasado viernes, el ser humano se queda maravillado con lo que la naturaleza es capaz de hacer por sí sola. Causa directa o indirecta del mismo, el lector ha podido observar cómo en muchos periódicos aparecían noticias relacionadas con las consecuencias del efecto que estos fenómenos causan en nuestro pequeño planeta. Sin desplazarnos mucho en el mapa, en la conocida localidad francesa de Mont Saint Michel miles de turistas se habían desplazado para comprobar, con sus propios ojos, la crecida de la marea que aisla por completo este medieval paraje y le deja cual isla desierta en medio del océano. Un fenómeno que se repite cada eclipse y que ejerce una fuerza de atracción irresistible sobre las aguas del planeta Tierra.
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Esta reflexión busca que el espectador se plantee una sencilla pregunta. ¿Y si fuera posible vivir en un lugar sobre las aguas? Aunque, obviamente, no sería en una isla o en alguna fortaleza aislada por las aguas. Más que un lugar sería en una casa. La firma italiana de diseño Giancarlo Zema ha desarrollado algunos proyectos basados en el estudio de estructuras sumergidas, que resultan un tanto biomórficas y que constituyen toda una innovación en su campo. Tal es su fama que, incluso, la Agencia Espacial Europea ha solicitado sus servicios para adaptar materiales, sistemas y tecnologías espaciales a la arquitectura.
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Uno de sus proyectos más destacables es la WaterNest 100. No. No se trata de ningún modelo de aspiradora o producto de la Teletienda. Es un diseño de casa flotante de unos 100 metros cuadrados de superficie, que cuenta con unos 4 metros de altura y 12 metros de diámetro. Este edificio es el resultado de años de investigación en energía solar y reciclabilidad, gracias a los materiales sostenibles y reciclados con los que ha sido realizada y que lo hacen reciclable al 98%. Para ello, la construcción cuenta con más de 60 metros cuadrados de paneles fotovoltaicos situados en la cubierta que generan unos 4 kWp de energía.
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Además, el tejado cuenta con 4 claraboyas que permiten dar mayor luminosidad al interior, así como balcones y grandes ventanales que la convierten en un lugar diáfano y conectado con el exterior con unas vistas excelentes. La residencia cuenta con un sistema de micro-ventilación natural que permite un bajo consumo y de aire acondicionado aclimatado.
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Lo que resulta menos llamativo es la disposición interna del espacio, apto para cualquier tipo de función ya sea vivienda, bar, tienda, exposición…, así como el mobiliario, diseñado por la firma del proyecto que resulta un tanto monótono y anodino. Por lo que, ¿quién de los lectores se atreve a dotar a un espacio como éste de un diseño interno innovador y llamativo?
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