La filatelia no sólo ha sido ese ejercicio realizado con fines lucrativos, estafa y blanqueo de capitales. Para entender esta práctica coleccionista, nos remontamos al inicio del transporte de las primeras cartas en el antiguo Egipto, siglo VI a.C, donde existía un servicio postal en el que los escritos realizados sobre papiro eran transportados a través del Nilo. El primer servicio de correspondencia organizado data del siglo III a.C, cuando China comenzó a emplear papel en dicho servicio. Una evolución constante que, durante, siglos ha tratado de realizar un trabajo de comunicación fundamental. Francia fue el primer país que, en 1625, dejó en manos del Estado la organización y explotación de dichos servicios.

Para combatir el fraude de los giros postales, el Reino Unido trató de evitar que el destinatario se negara a pagar los servicios corresponsales mediante la creación del primer sello postal: el “Penique Negro”, cuyo origen se remonta al albor de la Segunda Revolución Industrial.

No es raro ver en el centro de las ciudades, sin ir más lejos en los alrededores de la Plaza Mayor de Madrid, pequeños y antiguos negocios dedicados al coleccionismo de estos pequeños pedazos de historia que vivieron tiempos mejores. Dedicados a múltiples actividades, profesiones y personajes, los sellos también han tenido un pequeño hueco para la historia de la música.

Esta semana, el mismo servicio de correos británico que lanzara el primer sello postal en 1840, emitirá en marzo una serie para homenajear a David Bowie, fallecido en enero de 2016. Su caso no es único; The Beatles y Pink Floyd también tuvieron sus particulares colecciones dedicadas.

En Estados Unidos figuras de la talla de Elvis Presley, Jimi Hendrix, Janis Joplin o Frank Sinatra son algunos de los ejemplos que tuvieron su estampa dedicada, y  que miles de estadounidenses lamieron para enviar su correspondencia.

 

Las diferencias culturales son evidentes. Si en Estados Unidos y Gran Bretaña, la música folclórica permanece arraigada al rock y al pop, en Cuba los ritmos latinos son los que reinan en la isla. Por ello, artistas como Celia Cruz o Tito Puente, también tuvieron sus sellos conmemorativos. Del mismo modo que en la fría Finlandia, el rock metal es el género más representativo del país y que tiene como emblemas a grupos como HIM, The Rasmus o Nightwish.

Sin olvidarnos, por supuesto, de nuestra querida España. Nuestra música folclórica, la que sigue teniendo un profundo peso en la cultura popular, ha estado representada en nuestro servicio de Correos por artistas como Rocío Jurado, Lola Flores, Camarón, Joaquín Cortés o algunos más recientes como los de Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos e incluso El Canto Del Loco. Cuestión de diferencias culturales.