Estamos a tan solo un capítulo para el final de la primera temporada de la serie y tan solo habiendo emitido 7 episodios True Detective ya se ha hecho un hueco bastante grande en la mente y el corazón de todo seriéfilo amante del thriller policiaco que se precie.
Su guión, brillantemente escrito, y unas interpretaciones muy por encima de cualquier cosa vista hasta la fecha en televisión, han dado su fruto. El recientemente oscarizado Matthew McConaughey, Woody Harrelson a cargo de interpretar a Rust Cohle y Martin Hart , dos agentes venidos a menos, interrogados por los nuevos militantes del cuerpo de policía al parecer por su pasada relación con un truculento caso de asesinato. El punto de partida de True Detective es eso precisamente, el caso de un asesinato, aunque el verdadero caso sean Rust, Martin y esos 17 años que transcurren desde dicho crimen y la época en la que son interrogados.
True Detective puede recordar a otras series pasadas como Twin Peaks o la más reciente The Killing.
Es cierto que las tres son series donde se parte de un asesinato que desencadena el resto de sucesos de la trama. Sin embargo, es destacable mencionar que no es el asesinato lo que quizá hace a las tres series hermanas. Todas se basan en personajes, policías (unos más excéntricos que otros…) que investigan un caso de asesinato, pero lo que deriva de éste es bien diferente si ahondamos en la trama de cada una de las tres. Caer en la comparación por el mero asesinato en sí, sería un craso error. Por otro lado, hay algo por lo que sí podrían ser trillizas, y es por la fuerza que en ellas tiene la estética en clave de misticismo que rodea todos los hechos de la historia. Twin Peaks, la serie que presentó una nueva fórmula narrativa, con espacios y una realización mucho más cinematográficos de los vistos hasta la fecha. The killing, por su parte, hizo de Seattle el tercer personaje protagonista de la trama principal: Holder, Linden, Seattle. Y la lluvia. La inolvidable lluvia.
[photomosaic ids=»9748,9750,9747,9749″]
En True Detective, igualmente llama la atención cómo además de un guión y unas interpretaciones sobresalientes, destaca un ambiente lleno de matices, de ambientes áridos, de una oscuridad que se respira aún en la luminosidad de esos terrenos inmensos llenos de marismas y pantanos propios de Luisiana, región de dura historia, en la que se asientan geográficamente los pilares de True Detective y cuyo misticismo ya ha sido lugar de inspiración audiovisual de otras series y películas como True Blood o The Big Easy.
En cada una a su manera, pero en las tres el agua es un elemento estéticamente imprescindible. El paisaje de True Detective bien podría ser un cuadro de las marismas dibujadas por William Henry Buck, las pinturas de Debra G. Derouen, o incluso de ilustradores como Jay Maggio o Jeoffrey Bishop, por la soledad de sus elementos, más allá de los tonos que puedan adquirir.
[photomosaic ids=»9754,9753,9755″]
[photomosaic ids=»9756,9759″]
[photomosaic ids=»9757,9758,9761″]
Buscando fotos de Jay Maggio, ha aperecido ésta del conejo y el pájaro. No significa nada. Pero es curioso como ambas juegan con el simbolismo.
[photomosaic ids=»9751,9752″]
A falta del último capítulo y de saber cómo termina la primera temporada de la serie, sólo nos queda esperar y seguir leyendo las mil y una teorías que circulan por la red. Tampoco está de más echarle un vistazo a algunas páginas de ilustraciones de la serie creadas por los propios fans. ¿Lo mejor? hay de todos los estilos y colores. Algunas son, de verdad, increíbles.
[photomosaic ids=»9762,9763,9764,9765,9766,9767,9768,9769,9770,9771,9772,9773″]
Deja una respuesta