Un póster de película de terror de serie B o un montaje de Photoshop mal hecho. La prensa danesa ha derrochado imaginación a la hora de criticar el polémico retrato que el artista plástico Thomas Kluge ha realizado a los miembros de la Casa Real de Dinamarca. Cuatro años de trabajo, que nada más ver la luz en el museo Amalienborg de Copenhague -donde se expondrá hasta marzo de 2014- se han ido al traste por culpa de la ferocidad con la que algunos medios del país y los usuarios de las redes sociales han mostrado a la hora de valorar el lienzo.
Este controvertido retrato oficial fue un encargo de la reina Margarita, quien extrañaba el hecho de que su familia no había sido retratada al completo desde hacía 125 años. El resultado está cosechando unas duras críticas, ya que no todos comprenden el objetivo de este trabajo hiperrealista. Mientras que un diario nacional ha asegurado que su sensación ante la obra tan sólo podría describirse como “escalofriante”, otro ha ido más allá en sus afirmaciones comparando este lienzo y los otros cinco que componen la exposición como un auténtico “túnel de los horrores”. Un duro varapalo para un artista que, tras cuatro años dedicado a dar forma a la familia real, tiene que enfrentarse a las preguntas de los periodistas que tan sólo reparan en la “deformidad de alguno de los protagonistas” o que califican su obra como la del cartel de Cariño, he encogido a los niños.
[singlepic id=934 w=320 h=240 float=left]La ira de las críticas, que no sólo han venido desde los medios, sino que han acaparado gran parte de la atención de los usuarios de las redes sociales danesas, se han centrado en la figura del príncipe Christian. Para muchos su aspecto dista mucho del de un joven de ocho años de edad, por mucha sangre azul que recorra por sus venas. Su tétrica presencia en el centro de la imagen fácilmente podría tratarse de una aparición espectral, sino fuese porque se identifica claramente al heredero al trono danés. Un portavoz de la Colección Real Danesa ha querido romper una lanza a favor de Thomas Kluge, asegurando que se ha cumplido el principal objetivo del encargo que era retratar al futuro rey rodeado por su familia y centrado en todo momento en su destino como soberano de los daneses.
Flanqueándole, aparecen la reina Margarita, su marido Henrik y sus hijos con sus esposas y sus respectivos vástagos. En total, catorce protagonistas que “representan una familia moderna”, en palabras del propio artista, que no entiende tanto revuelo en torno a su obra. Una polémica que ha rescatado el controvertido encargo que los Borbón realizaron al pintor Antonio López hace ya más de 17 años y que todavía no ha terminado, a pesar de haber cobrado los correspondientes 300.000 euros por su trabajo la década pasada. Un despropósito artístico que, aunque sirva de excepción, estará exenta de controversia, ya que se realiza a partir de una imagen tomada en 1992, cuando las infantas aún estaban solteras y el nombre de Urdangarin o Corinna no figuraba ni en las peores de sus pesadillas.
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