En 1939, durante sus primeras vacaciones pagadas, el fotógrafo francés Robert Doisneau (1912-1994), de 27 años, junto con su mujer Pierrette y un grupo de amigos, eligieron pasar el verano cerca del pequeño pueblo de Carlux, a orillas del río Dordoña, en el suroeste de Francia. Doisneau se enamoró para siempre de «este lugar mágico y hermoso» en la actual región de Nueva Aquitania, la más extensa de toda Francia. Regresó allí regularmente a lo largo de los años. La idea de convertir la antigua e inutilizada estación en su museo ochenta años después nació en 2015.

De inspiración sirvió una foto tomada el 15 de agosto de 1939. En la imagen Pierrette y tres amigos de Doisneau están esperando el tren en el andén frente al edificio. Desde su apertura en 2018, tras tres años de restauración, La Gare Robert Doisneau se ha convertido en un lugar favorito para los locales y los turistas. El museo muestra algunas de las fotos que Doisneau hizo en esta parte de Francia. Por ello, no es de extrañar que en la estación-museo en honor al célebre fotógrafo humanista se encuentre la oficina de turismo del municipio de Fenelon.

La colección permanente del museo, de libre acceso, muestra ciento cincuenta de las casi 500 000 fotografías realizadas por Robert Doisneau a finales de los años treinta. Del archivo del fotógrafo, al que dieron acceso sus hijas, salieron en su mayoría paisajes rurales tranquilos, amigos haciendo piragüismo, escenas familiares. «Fotos eternas», muchas de las cuales muestran «la naturaleza imperturbable de la Dordoña desde entonces», según los anfitriones. También se incluye un video realizado por la nieta de Doisneau, Clementine Deroudille. Un escaparate con una cámara Rolleifleix y números de la revista Le Point acercan a los espectadores el proceso creativo del fotógrafo.

Uno de los fundadores del fotoperiodismo, junto con fotógrafos como Henri Cartier-Bresson y Robert Capa, Robert Doisneau es más conocido por su  imagen “Beso en el ayuntamiento”, parte de un reportaje de 1950 en la revista Life. El beso de dos jóvenes enamorados era un símbolo del amor, la alegría y el optimismo en la posguerra. Se ha convertido en una de las fotografías más famosas y difundidas del mundo.

En 1988, sin embargo, una familia demandó a Doisneau, alegando que eran ellos los que aparecían en la foto. Para demostrar que no era así, Doisneau se vio obligado a desmentir por primera vez el mito de la fotografía capturada «espontáneamente». Admitió que en realidad les había pedido a dos actores que posaran para él. Por su parte, la actriz Françoise Bornet, que fue retratada en la imagen en 1950, intentó hacerse con parte de los beneficios de la fotografía en los tribunales. Doisneau volvió a ganar, demostrando que le jabía pagó por su trabajo. Sin embargo, los dos actores consiguieron vender la copia de la fotografía firmada por Robert Doisneau, por 150 000 euros.

En Labo, otra de las salas del museo, se muestran de forma lúdica y a la vez didáctica las etapas de la fotografía analógica. Los visitantes pueden elegir un negativo y un marco, luego ir al laboratorio interactivo y «revelar» la foto ellos mismos.

El museo también muestra exposiciones temporales. El café bistró está abierto de abril a noviembre. La estación-museo es una parada obligada en la ruta «verde» para peatones y ciclistas de más de veinte kilómetros, en medio de un paisaje verde, en el que fue transformada una antigua vía férrea.

El río Dordoña, parte de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera de la UNESCO, es un lugar famoso para tomar el sol y practicar deportes acuáticos. A cinco kilómetros se encuentra el castillo medieval de Fenelon, donde se rodó parte de la película «El último duelo» de Ridley Scott. Otras tomas fueron hechas en la cercana Bastida de Montpazier, del siglo XIII, incluida en la lista de los «Pueblos más bellos de Francia».

Imágenes: Gare-robert-doisneau-©agence-les-conteurs