El aspecto y distribución de las ciudades va cambiando a lo largo de las décadas. No solo se tiene en cuenta la adaptabilidad a la modernidad que se vive. También las necesidades de la población que las habita. Así, cuando en el siglo XVIII apareció la máquina de vapor, el auge de las fábricas y las manufacturas dieron como resultado la creación de suburbios a lo largo de la ciudad donde se alojaban las clases obreras que servían de mano de obra a las mismas. En el siglo XIX hubo una necesidad de organizar las calles de muchas de las grandes urbes, dado a que los trazados que disponían eran tortuosos y poco prácticos a la hora de que las fuerzas de seguridad pudieran desarrollar sus funciones de seguridad ciudadana.

En el siglo XXI asistimos a otra remodelación de viejos espacios cuyo uso no va en consonancia con la expansión de los límites de la ciudad. Un claro ejemplo es el proyecto de Chamartín, en la ciudad de Madrid. Otro ejemplo es el que se ha desarrollado en el distrito de La Chapelle, en París. Al igual que en el trazado de la capital española, la francesa utiliza el espacio de la antigua estación de trenes para albergar un ambicioso proyecto urbanístico con el que hacer habitable esta zona del margen derecho del Sena.

Entre un conjunto de jardines, instalaciones deportivas, culturales, lugares de ocio y restauración, oficinas y colegios, se encuentra un proyecto de construcción de viviendas distribuidos entre diferentes firmas arquitectónicas. Entre ellas, se encuentra el que ha diseñado Moussafir Arquitectos junto a la firma de Nicolás Hugoo. Ambos han llevado a cabo la construcción de dos torres de viviendas, unidas entre sí por una base donde se van a situar oficinas de trabajo.

Moussafir Arquitectos ha desarrollado la denominada torre G2. Esta edificación se ha levantado con una mezcla de materiales tales como hormigón, aluminio, madera y acero. Es la más alta de las dos que recoge el proyecto. Su estética es moderna a la vez que conservadora. La segunda torres, la G1, ha sido desarrollada por Nicolás Hugoo. Esta cuenta con el mismo uso de materiales, para guardar una cierta homogeneidad con la primera. La única diferencia es el empleo de la madera, mucho más enfatizado en el exterior como elemento decorativo y constructivo.

La base que unifica a estos dos gigantes se ha realizado en concreto. La mayoría de las oficinas que aloja se comunican por medio de un corredor exterior, que permite abrir ventanas de gran tamaño. Así la luz natural se convierte en el sello de identidad. Además, el uso de rejas de acero permite guardar la intimidad de los espacios.
El resultado es la mezcla de dos diseños muy diferentes que han hecho todo lo posible por unificar un espacio único de habitabilidad. Moussafir Arquitectos otorga a este espacio su sello de identidad elegante y práctico. Nicolás Hugoo le da ese toque de modernidad y sorpresa. Ambos entienden el proyecto como un todo unificado por esa red de oficinas en la parte baja. Pero a la vez la diferencia entre ambos está garantizado. ¿Con cuál de los dos te quedarías?
Fotografía Herve Abbadie y Luc Boegly.
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