El arquitecto español Daniel Zamarbide nos ha dejado a todos de piedra, y nunca mejor dicho. En la ciudad de Ginebra, se levanta un proyecto que lleva por nombre la “Casa del señor Barrett”. Inspirándose en la película The Servant (1963), protagonizada por James Fox y Dirk Bogarde, tanto el interior como el exterior de dicho proyecto parece seguir la enrevesada trama de este drama inglés.

Para poder llevar a cabo la Casa del señor Barrett, Daniel Zamarbide tuvo que demoler el antiguo edificio que se levantaba en el recinto. El propio arquitecto define el trabajo de demolición y construcción como una “intervención quirúrgica”, un paciente enfermo que necesitaba unos ajustes para poder sobrevivir.

Para ello, Daniel Zamarbide concibió la Casa del señor Barret como un edificio en dos alturas: la planta principal, realizada en hormigón y conservando partes del antiguo inmueble; la segunda planta, realizada en madera de abedul y acomodada sobre la planta principal. También se ha construido un parking exterior en madera para resguardar de las inclemencias del tiempo los vehículos de sus propietarios.

Lo que más llama la atención de esta casa es el interior. Daniel Zamarbide ha forrado todo el interior en madera y los espacios creados representan la complejidad interior de los personajes de la famosa película de los años sesenta. Cada habitación puede ser observada desde diferentes puntos de vista, desde diferentes ángulos, cada uno de ellos más personal y único. Así, en la planta baja podemos encontrar la cocina abierta al salón y un pequeño aseo. En la parte superior, dos dormitorios y un baño completo. Y todo ello queda complementado por la posición de las ventanas, sus formas y sus luces, que refuerzan esa sensación de complejidad.

Si esta Casa del señor Barrett llama la atención por su bonito exterior, rústico, conservador y algo clásico, el interior sorprende aún más por esa sensación de trampantojo, donde su disposición no parece ser lo que se observa desde el exterior. Una casa de película donde lo que parece ser es mucho más de lo que muestra ser.

Fotografía Dylan Perrenoud.