No nos podríamos ni imaginar que museos como el Prado, el MoMa o el Louvre algún día acabaran reducidos a cenizas. Por desgracia, estamos más que habituados a ver cómo obras de arte callejero caen una tras otra sin ningún remordimiento. Eso es lo que ocurrirá con el mítico barrio 5pointz Aerosol Arts Center de Nueva York, localizado en el distrito de Queens, considerado la Meca del graffiti y cruce de la extensión del famoso MoMa de Manhattan. Un espacio de 1.900 metros cuadrados, cuyo nombre se debe a la unión de las cinco zonas de Nueva York en una. En él, la pintura es la protagonista del paisaje invadiendo fachadas, tejados y todo hueco en el que sea posible hacer una pequeña gran obra de arte.
«La mitad de Meres morirá cuando pierda el 5Pointz»
En los 90 fue descubierto por un grupo de artistas del graffiti que empezaron a utilizar sus paredes como galería, entre ellos el principal precursor Meres One. Su propietario, David Wolkoff, desde un principio permitió que los grafiteros pudieran trabajar a sus anchas en sus fachadas, provocando que en 14 años se convirtiera en el centro artístico internacional y cultural de referencia.
Personajes como Stay High 149, Tracy 168, Cope2, Parte, Tats Cruhan, hasta grafiteros de países tan dispersos como Brasil o Japón han dejado su sello en este mítico barrio. Sin olvidarnos del camaleónico Liu Bolin, que se camufló durante cuatro horas frente a The Jungle de Meres, quedando inmortalizado gracias al objetivo del fotógrafo documental Alex Brown. Fotografía que formó parte de su obra Escondido en la ciudad, aunque no sin polémica, ya que el mismo Liu declaró que «los promotores conspiran unos contra otros, dando como resultado que el dinero y los materiales reemplacen la libertad del 5Pointz».
La ‘caída’ del 5Pointz fue una terrible noticia para Meres One: «La mitad de Meres morirá cuando pierda el 5Pointz», luchador de los derechos culturales y artísticos de estas calles. Él mismo empezó los trámites para conseguir la certificación 501 (c) 3 que permite la exención de impuestos y el poder recibir donaciones sin ánimo de lucro, lo que mantendrían vivo el barrio. Esto, junto a las donaciones privadas, provocaría la creación de una escuela para los interesados en el mundo del graffiti, permitiéndoles recibir una formación seria.
«Quiero estabilidad. No voy a sentarme aquí a llorar y lamentarme»
Todos los planes se fueron al traste cuando el propietario decidió demolerlo provocando un verdadero conflicto entre clases. Aunque los mismo artistas recuerdan que Wolkoff fue la primera persona que se decantó por darles una oportunidad y cederles su propiedad para fomentar el arte urbano, no culpan solamente al propietario, sino que comentan que el propio Meres ha hecho negocio del distrito olvidándose del verdadero espíritu del barrio.
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La realidad es que hasta su principal protector se rinde y acepta la idea de su desaparición: «Quiero estabilidad. No voy a sentarme aquí a llorar y lamentarme». Tampoco el ser uno de los enclaves turísticos más llamativos de la ciudad de Nueva York disuade a Wolkoff, que alega que «no puedo decir cuántos turistas me han dicho ‘vimos el edificio Empire State, vimos la Estatua de la Libertad, pero este es nuestro sitio favorito'», reconoce Meres. Todos los medios se han hecho eco de esta trágica noticia. Un ejemplo de esto es este video del fundador hablando del 5Pointz, que se resiste a creer que este icono de la Gran Manzana esté cerca del final.
Quedan menos de 12 meses. El mítico 5Pointz, centro neurálgico del arte callejero, será demolido y poco o nada se puede hacer para remediarlo. En su lugar, quedarán dos enormes torres de residencias de 40 pisos, lo que rentabilizará más el terreno para su propietario. Pero la gente nunca olvidará lo que fue ‘la meca del graffiti’ y las millones de imágenes que han ido captando los turistas a lo largo de estos años serán testigo de ello.
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