Quizá una de las mayores cualidades con las que cuenta el ser humano es su capacidad para mostrar una ferviente admiración por lo absurdo y paradójico. Como si fuese una angosta ventana por la que escapar de las férreas manos de la realidad, utilizamos el sentido del humor para retorcer los límites de una, a veces, aburrida razón; una ‘huida’ de la que ya os hablamos en relación al arte óptico que demuestra que a veces el diseño es cuestión de perspectiva.
Es precisamente este carácter lúdico, esta obsesión por jugar con nuestra propia inteligencia y nuestra cada vez más mermada capacidad de sorpresa, la que permite aún que artistas y diseñadores nos ofrezcan originales propuestas y creaciones como las que aquí os proponemos y que buscan exaltar la belleza de lo incoherente y lo inservible.
Muchos son los creadores que se niegan a seguir las normas de la eficiencia a la hora de plasmar materialmente el diseño en un objeto. Bien como un mero acto de rebeldía, una forma de provocar al espectador, un homenaje a la incoherencia del hombre o bien como una excusa para buscar la reflexión ante consumismo extremo que nos empuja a coleccionar elementos cuya utilidad es más que dudosa, varios artistas han decidido llevar hasta el límite esta disfuncionalidad en sus obras.
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Giuseppe Colarusso ofrece este espíritu en su colección ‘Improbabilitá’. Bajo el título ‘Improbable… pero no imposible’ este artista y fotógrafo nos ofrece una serie de extraños objetos que técnica y funcionalmente carecen de toda utilidad. Crear sorpresa, invitar a pensar, hacer sonreír… muchos son los objetivos que Colarusso busca –y logra con eficacia- al imaginar todo tipo de ilógicos diseños con ejemplos como un teclado de signos jeroglíficos egipcios, un martillo con enchufe, una caja fuerte realizada en cartón, un lavabo sin sumidero o unos dados que han ido perdiendo sus negros puntos en el camino.
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Bastan unas ligeras modificaciones digitales para que los objetos de uso cotidiano se alejen de los códigos establecidos para todo consumidor, un sorprendente cambio que permite hacer reflexionar al espectador sobre las bases del diseño funcional.
Lo inútil se transforma en absurdo en el caso del conocido Jacques Carelman. Pintor, escultor, ilustrador y escenógrafo, se apoyó también el humor a la hora de diseñar su mundialmente conocido ‘Catálogo de Objetos Imposibles’, realizado en 1969 como parodia a un catálogo típico de ventas por correo. Deformaba la realidad para divertirnos y lo conseguía. A Carelman le apasionaba “despojar objetos comunes de su uso normal” y lograba a la perfección este objetivo con suma sutileza.
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Una cafetera para masoquistas, un grifo económico o una silla radiador son algunos de los objetos que este artista ideó en su época. Sin embargo, ahora, la web Impossible Objects ha conseguido reproducir y vender sus obras tridimensionales acompañadas de un certificado de autenticidad firmado por el artista.
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Frustración e incomodidad son las sensaciones que sugieren las obras de la artista Katerina Kamprani, que ha logrado eliminar la piedra angular del diseño, la utilidad, en una colección llena de erróneos pero bellos objetos llamada ‘The unconfortable’. Esta arquitecta griega reimagina objetos de uso común para eliminarles cualquier sentido funcional que antaño tuvieran.
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El homenaje a lo absurdo del ser humano y contemplar las incoherencias de la vida cotidiana desde el prisma del humor han sido un tema recurrente en el arte y el diseño, con estos artistas como un mero ejemplo de la creatividad que fluye en este sentido.
El consumismo extremo, la obsesión por acaparar objetos materiales innecesarios, las dudas que cuestionan la funcionalidad de muchas de nuestras posesiones… Está claro que la oferta y la demanda dominan sin duda la vida diaria del hombre. Estas creaciones, que nos enfrentan, sin filtros, cara a cara, ante numerosos objetos cuya esencia es realmente inútil y disfuncional, tal vez fomenten por fin la necesaria e ineludible reflexión para el ser humano: ¿Qué es lo que realmente necesitamos?
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