Justin Bieber continúa con su proceso de lavado de imagen, el cual ha pasado ahora por ensuciar su musculoso cuerpo. El cantante se ha hartado de ser el niño malo de la música y tras pedir perdón públicamente por sus fechorías, ahora se afana en redimirse a la vez que levanta pasiones entre sus seguidoras. En su empeño de mostrarse al público como una víctima indefensa de sus circunstancias, el ídolo juvenil se ha expuesto a una auténtica lluvia de huevos que le ha bañado por completo para Comedy Central. Y aún así sigue mono y sin despeinarse.

Hace unos años disfrutaba de su tiempo de ocio haciéndole la vida imposible a sus vecinos con multitudinarias fiestas, donde el alcohol y otras sustancias corrían como si de un buffet libre se tratase. En una de ellas el colofón final de la velada vino cuando a Justin Bieber se le ocurrió lanzar huevos a la fachada de la casa de al lado, algo que inexplicablemente molestó al dueño de la misma. Son ganas de amargar una buena fiesta. El hecho es que finalmente condenado a dos años de libertad condicional y a pagar una multa de 80.000 euros. Una minuta teniendo en cuenta los emolumentos que gana el cantante desde que era tan sólo un crío.