Hacer sonreír a la gente… ése es el sencillo y a la vez complicado objetivo que se ha propuesto Joél Penkman a la hora de desarrollar sus trabajos. Este artista nacido en Nueva Zelanda parte de una premisa igual de sencilla: «Me encanta la comida y me gusta la pintura, por lo que la combinación de los dos parecía una buena idea» y, a partir de ella, ha creado diversas obras que podrían calificarse como unas sabrosas composiciones de naturaleza que evocan recuerdos y emociones.

Dulces y galletas, chocolates, helados… la pasión por la comida de este pintor se exterioriza en cada trazo. Una de sus series más curiosas lleva el título de ‘The Taste of America que se ha configurado como un glosario de 125 elementos en los que se condensa y se define de forma inequívoca este sabor americano.

Sin embargo, este artista también ha plasmado los aromas y sabores de su tierra natal en su ‘Colección Nueva Zelanda’, una colección de pinturas «inspiradas en un viaje a casa»; así como los sabores anglosajones, que define como «una serie continua de pequeñas pinturas que ilustran de forma juguetona determinados alimentos a las Islas Británicas».

La bebida inglesa por antonomasia, el té, y el diseño de las tazas que tan elegante y distinguidamente acogen esta infusión en las islas cuenta con una serie especialmente dedicada a ellas y que plasma la sabrosa obsesión por esta bebida por los británicos.