Diversión, alegría, sencillez, pero a la vez una enorme complejidad, caracterizan el trabajo de la ilustradora que os traemos este mes. Tras personajes sin nombre, pero con mucho carácter se encuentra Isa Falcó, una joven “madrileña” que un día decidió que su sitio estaba entre ninots y cremás.

Ahora, su trabajo se desarrolla en el taller del artista fallero Javier Álvarez-Sala Salinas, en el que deja volar su imaginación dando vida a cada uno de sus locos personajes que, un día, la pidieron a gritos salir del papel. Con un estilo infantil, pero muy cartoon, Isa consigue sacar una sonrisa a cualquiera que tenga la suerte de echar un ojo a sus locos bocetos. Os haremos disfrutar de un estilo divertido y desenfadado, porque hoy, Malatinta habla con Isa Falcó.

¿Quién es Isa Falcó?

Ilustradora, amante de las papadas y las bicicletas

El fondo de éste mes en Malatinta está diseñado por ti ¿Qué quisiste reflejar en él?

¡Al sommelier de la mala tinta! 

Toda tu vida has garabateado todos los cuadernos que pillabas,¿piensas que uno/a nace siendo artista o con el tiempo y el estudio se va haciendo?

Tela con la preguntita. Si no hubiera decidido seguir dibujando prácticamente todos los días de mi vida, no haría las cosas que hago, y si dejo de hacerlo, me quedaré tal cual estoy ahora. Puede que sí se nazca con “algo”. Está claro que uno no se hace de un día para otro, es un constante aprendizaje que obtenemos de todo lo que nos rodea.

Si tuviera ahora mismo un lápiz en la mano haría…

Apoyarlo en el primer papel que pille y dejar que fluya. (Pensaba metérmelo en la nariz pero aún no tengo perfeccionada la técnica de esa manera).

Como tú misma comentas lo tuyo no era el dibujo técnico, por lo que tu profesora te animó a que continuaras estudiando arte, ¿piensas que hoy en día se fomenta el arte en las aulas?

En mi caso sí. Siempre he destacado en el dibujo y por eso me animaban a seguir con ello, aunque quise ser muchas cosas, taxista, vendedora de chucherías y hasta cuidadora en un zoo. Yo creo que sí que se fomenta y que cuando alguien demuestra aptitudes se le motiva a seguir con ello. Tal como están las cosas esperemos que el arte no desaparezca de las aulas.

Pasaste por academias de arte para terminar finalmente en ESDIP, ¿qué resumen haces del viaje?

Pienso que podría haber aprovechado muchísimo más el tiempo y tendría que haberme movido más, pero aún se puede rectificar y perfeccionar.

¿Qué habrías hecho que no hiciste?

Modelar. En su momento no quise seguir con ello porque no era lo mío y pensaba que no me serviría para nada, pero ahora pienso que me habría gustado mucho hacerlo.

Personajes divertidos con toques infantiles caracterizan tu trabajo, ¿qué te aporta la ilustración infantil?

Total libertad. Creo que los niños son los mejores visionarios del arte. Me resultaba un poco frustrante cuando a veces los adultos veían mis cuadernos y podían confundir un perro con un cerdo, una persona con una vaca o un motorista con una damisela en apuros. Pero la verdad, es que muchas personas no abren su mente. Siempre que mis primos pequeños me han visto dibujar, (subiéndose por encima y tapándome la luz), sabían exactamente lo que yo quería representar, y se recreaban en todos los detalles sin aburrirse ni pasar las hojas a toda prisa. Me alegra pensar que puede que mi mente sea aún de niña.

Ahora, tu trabajo se desarrolla en Valencia, ya que desde hace unos años te dedicas al mundo fallero que, para muchos, es bastante desconocido. Si alguien te preguntara qué se siente al ver un año de trabajo consumido bajo el fuego, ¿qué le contestarías?

En el poco tiempo que llevo me lo han preguntado muchas veces, así que tengo la respuesta más que ensayada. Es un trabajo que se hace con ese fin, estás mentalizado desde el principio. La obra no se ha destrozado accidentalmente, está hecha para ser consumida por las llamas. Mucha gente me pregunta si lloro. A mi personalmente no me da pena, en cuanto saltan las primeras chispas el día de la cremá ya estás pensando en el proyecto del año siguiente y empiezas con igual ilusión. Pero para los que quieran una respuesta más práctica, veo bastante complicado almacenar obras de tal envergadura, además, aunque no lo parezca, son delicadas y no sería fácil su conservación. “Las fallas están pá quemarlas”.

¿Quién es «la madrileña”?

Una loca con un pequeño sueño que vino a Valencia a vivir con su abuela y que se va haciendo hueco poco a poco.

Llevas un tiempo trabajando y formándote en el taller del artista fallero Javier Álvarez-Sala Salinas (Javito) ¿Qué destacarías de su trabajo?

Es muy dedicado y perfeccionista. Hace muy buen uso del color y estoy aprendiendo mucho con él. Es todo un artista, de los más completos de este mundillo valenciano.

¿Qué queda de la Isa Falcó que llenaba los cuadernos de garabatos? 

Espero que mucho. Aún me sorprendo a mi misma cuando descubro cuadernos de hace años y encuentro dibujillos que no me creo capaz de hacer ahora. Me gusta conservar el más pequeño trazo o el papel más arrugado porque, aunque no le de importancia en su momento, con el tiempo puede ser una maravilla.

Mi vida es como…

Una caja de bombones.

Aún me queda por hacer…

Pintar un mural y dar la vuelta al mundo en bici. Con eso ya habré cumplido