Trasladarse a otro país para trabajar es una experiencia que puede resultar beneficiosa, tanto para bien como para mal. Si abandonar lo que uno considera familiar puede ser duro, volver al lugar de procedencia, después de un tiempo, puede causar un efecto de desubicación hasta volver a la antigua normalidad. Algo parecido es lo que le ha ocurrido a una pareja de checos que, tras vivir en Canadá, han decido regresar a su Praga natal. Y para ello, han decidido ponerse en las manos del estudio Coll Coll para crear la casa perfecta, que aúne sus recuerdos canadienses con el calor de su lugar de procedencia.

Coll Coll tomó muy en cuenta las peticiones de sus clientes y levantó una increíble casa en barrio residencial de Trója. Este núcleo poblacional está situado cerca de un parque natural donde habitan animales y aves. El recuerdo de una vida natural más salvaje, durante su estancia en Canadá, ha llevado a situar su hogar en este hermoso lugar. Y son las vistas de este paisaje las que realmente otorgan valor a esta construcción.

La fachada norte de la casa es la que determina dos espacios bien diferenciados: por una parte, una entrada para temas laborales; por otra, una entrada residencial. Realmente, la entrada principal que se usa para acceder a la vivienda es la del garaje. El aspecto compacto de esta fachada contrasta con su opuesta: una fachada acristalada con vistas a la ciudad de Praga. Y a la vez, el conjunto puede resultar un tanto futurista de cara al paisaje que le rodea.

El interior que ha ideado Coll Coll resulta de lo más original. El empleo de hormigón visto y paredes blancas ya nos va advirtiendo que lo que vamos a encontrar es diferente. Las formas de las habitaciones son diversas. Encontramos diferentes tamaños incluso en los muebles que decoran las estancias. Aunque el empleo de la madera es una constante en el mobiliario.

Lo más impactante es el uso de luces de color azul en toda la vivienda. Coll Coll imprime así un carácter único que recuerda a una nave espacial. Esto está en consonancia con el empleo de alto nivel tecnológico tanto en electrodomésticos como domótica del hogar. E incluso se utiliza un sistema de inteligencia artificial que permite, por ejemplo, que si la temperatura del interior es más fría de lo normal, el horno se enciende automáticamente para que la temperatura aumente y alcance el nivel de calor requerido.

Coll Coll imprime así a esta construcción todo el saber tecnológico actual al alcance de sus propietarios. Es por ello que el nombre elegido para esta casa sea el de Villa Sofía. Un nombre más que perfecto para una casa totalmente autosuficiente.