Que la actual crisis que estamos viviendo ha sido una verdadera sorpresa para todos, no resulta una novedad. Que lo que nos espera a partir de este momento es una absoluta incógnita, también. Que la llamada “nueva normalidad” no sabemos en qué consiste, es más que obvio. Algunas empresas ya han empezado a adaptar sus productos a esta realidad que se aventura en los próximos meses. Sobre todo, explotando las necesidades que esta etapa va a demandar en el ámbito de seguridad sanitaria y social.

Es ésta última, en el área de la seguridad personal que este virus ha puesto en entredicho, la que preocupa a la empresa Cima Divi. Los espacios compartidos, independientemente que sean abiertos o cerrados, van a necesitar paneles divisores para contribuir al distanciamiento social. En países como el nuestro, donde la sociedad es abierta, extremadamente sociable y con una cultura de “calle”, favorecida por las horas de sol que disfrutamos desde nuestra latitud terrestre, es difícil mantener esta medida de una manera constante y continuada en el tiempo.

Por ello, empresas como la norteamericana Cima Divi transforman su producto para adaptarlo a las necesidades actuales. Los paneles que oferta pretenden tanto fomentar esta medida higiénica como crear un espacio cómodo para el cliente que lo utiliza. La diferencia de estos paneles es que añaden un efecto luminoso, que contribuye a crear un efecto de comodidad y seguridad para estos tiempos de incertidumbre.

Además, el equipo de Cima Divi se pone a disposición de sus clientes y amplía sus modelos de paneles, para adaptarlos a diferentes espacios. Además, el equipo gráfico de Cima Divi contribuye a mejorar el marketing del cliente, agregando grabados en la superficie de los paneles con sus logotipos y otro tipo de gráficos.
La “nueva normalidad” ya ha empezado a transformar nuestra sociedad desde todos los ámbitos conocidos, incluido el económico. Las empresas en Estados Unidos, como Cima Divi, ya se han comenzado a adaptar sus productos. La carrera por ser los primeros en sobrevivir a la debacle que se acerca pasa por readaptarse a las necesidades del momento. Un más que delicado momento que, incluso nosotros mismos, no sabemos dónde va a acabar.
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