Muchos son los que lo intentan, pero nadie llega a hacer sombra a Heidi Klum cuando el dress code exige disfrazarse. Halloween es una de sus fiestas favoritas y siempre marca en el calendario el día en el que salen de su escondite bestias oscuras, vampiros, brujas y otros seres de ultratumba para campar a sus anchas entre el común de los mortales. Se prepara a conciencia para cada disfraz y estudia al milímetro su papel para triunfar sin competencia en los photacalls de los saraos más exclusivos de la Gran Manzana.

La cotizada modelo lleva más de una década dejando boquiabierto a los profesionales gráficos que cubren la alfombra roja del día más terrorífico del año. Nunca deja indiferente a nadie, ya que sus apariciones públicas son recibidas como auténticos espectáculos en los que también participaba su exmarido Seal. Además, no le importa que el 31 de octubre esté lejos porque para ella cualquier excusa es buena para travestirse. De hecho, la última vez que se disfrazó fue el pasado mes de diciembre de 2012, cuando se personó en una fiesta solidaria para recaudar fondos para la Cruz Roja en Nueva York como si la propia Cleopatra se tratase.

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Como el buen vino, esta modelo ha sabido mejorar con el paso del tiempo. Y no sólo en cuanto a sus privilegiadas curvas que han sabido mantenerse inalteradas tras la maternidad, sino también en lo referente a su jovialidad. Es una de las top más extrovertidas y no le sonroja hacer un poco el ridículo si con ello desvía la curiosidad de los gráficos de sus atributos a sus logrados atuendos en la noche de Halloween. Su paso por la alfombra roja es siempre seguido por una oleada de flashes, pero nada comparado a cuando viste un ajustado traje de rata, un sexy conjunto de Betty Boop o aparece caracterizada como un realista chimpancé. Este año ha rebajado su nivel y acudirá a la fiesta como la adorable Dorothy del Mago de Oz, llevando como feroz león a su novio –y guardaespaldas- Martin Kristen.

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Comenzó la tradición hace más de una década. En el año 2000 se disfrazó por primera vez ante las cámaras de gótica. Un look muy alejado de su actual estilo, que se acerca más a sus años de juventud cuando era una muchacha rebelde con ganas de hacerse oír y adoptó esta oscura imagen como medio de expresión. Lejos de esto, su aparición no generó un gran revuelo. No fue así al año siguiente cuando su disfraz de Lady Godiva incluía como complemento indispensable un caballo, con el que se presentó en una fiesta celebrada entre celebrities en un conocido local neoyorkino.  Eso sí, no galopó desnuda sobre el corcel como así narra la leyenda de esta bella dama anglosajona del siglo XI, que se paseó sin ropa a lomos de un caballo a cambio de rebajar los impuestos que recaían sobre su pueblo.

En 2002 quiso ser Betty Boop, un icono de los años 20 que triunfó no sólo en la pequeña pantalla sino también en el cine por su abierta sexualidad. Se creó a imagen y semejanza de la actriz de Hollywood Helen Kane en 1926 y desde entonces se ha entendido su figura como un icono sexual, casi a la altura de las interminables piernas de Heidi Klum.

A partir de aquí, la modelo se volvió más radical con sus atuendos festivos y rara era la ocasión en la que su paso por la alfombra roja no era recibido como un auténtico show. Fue así en 2003 cuando su indumentaria sacada del atrezo de Alien le hizo aparecer sobre un platillo volante o la fiesta celebrada al Halloween siguiente donde la modelo eligió un conjunto sexy de bruja roja y acudió acompañada por su marido caracterizado como el Fantasma de la Ópera y un esqueleto. Un trío de muerte. O de no muertos, ya que en 2005 Heidi se decantó más por lucir colmillos como complemento a su escotado conjunto de vampiresa.

Heidi Klum siempre ha sido una tentación para muchos hombres. Considerada una de las modelos mejor pagadas del mundo al embolsarse en torno a 20 millones de dólares al año, la maniquí escenificó en 2006 el deseo que sienten los caballeros disfrazándose de la manzana del pecado original. Una curiosa forma de ocultar su embarazo de ocho meses, aunque la atención la acaparó su ahora exmarido Seal que encarnó a una Eva del Paraíso de rubios cabellos.

En 2007 se enfundó un ajustado traje de gata salvaje con el que hizo las delicias de los profesionales gráficos que cubrían el photocall. Y es que no todos los días se pueden ver a una top internacional presumiendo de curvas. Al año siguiente, los cámaras aguardaban impacientes el conjunto elegido Hiedi Klum y, aunque esperaban quedar boquiabiertos, nunca habrían adivinado que no sería por volver a ver su privilegiada anatomía. La modelo hizo acto de presencia metida en el papel de diosa de la destrucción hindú Kali, portando en sus numerosos brazos desde justicieras espadas hasta cabezas cercenadas de su cuerpo y brazos desmembrados como complemento para sus caderas. Un atuendo que dio mucho juego a la hora de posar en el photocall y que inquietó a muchos de los presentes.

Para aquellos que piensan que la modelo ya ha agotado sus modelitos de Halloween, que sepan que están equivocados. Año tras año se ha ido creciendo y después de convertirse en cuervo en 2009 y robot de Transformer al año siguiente, el 2011 volvió a poner los pelos de punta a propios y extraños. No caminó por la alfombra roja el día de Todos los Santos, ya que una enfermera se encargaba de llevar la camilla hasta el photocall. Una vez allí escandalizó a los gráficos que no daban crédito a lo que veían. Si su cuerpo siempre ha sido de los más deseados, no fue así cuando mostró más allá su anatomía ‘quitándose’ la piel para mostrar al mundo sus músculos. Una estampa tan sólo superada meses después cuando la modelo y el cantante aparecieron ante los medios como dos civilizados chimpancés.