Las grandes distancias, los eternos horarios de trabajo, el tráfico y los atascos, las inclemencias del tiempo… todos ellos se configuran como los eternos enemigos del trabajador. Hay muchos que han decidido iniciar la etapa de montar su propio negocio o de trabajar desde casa y con ello ahorrarse muchos quebraderos de cabeza que día a día socaban los nervios y la paciencia del más santo. Trabajar desde casa tiene siempre sus pros y sus contras. No suele ser agradable pasar el día entre cuatro paredes para aquellos de carácter más extravertido o sociable. Ni tampoco la idea de estar en el mismo lugar durante las 24 horas del día. Pero ya que nuestra casa se ha convertido en nuestro lugar de trabajo, también podemos convertirlo en un lugar más ameno y adaptado incluso a las reuniones de trabajo.
En la ciudad de Tapei, situado en la isla de Taiwán, KC Design Studio recibió el encargo de convertir un pequeño espacio en un hogar-oficina. El cliente es un particular que necesitaba organizar un espacio que desempeñase ambas funciones a la vez. Al estar soltero y dedicarse casi por completo a su trabajo necesitaba de un lugar funcional pero a la vez cálido como hogar. El estudio de diseño no dudó en apostar por algo sencillo y que fuese del gusto del cliente.
Una de las principales constantes para KC Design Studio en esta Lai Residence, como fue bautizada, ha sido olvidarse, por completo, de las paredes. Los muros son innecesarios para esta vivienda de un solo habitante. No hacen falta elementos de separación porque no es necesaria la intimidad en determinadas áreas de la casa. Con ello, el fin es el de maximizar el espacio, convirtiéndolo en un lugar donde su único habitante pueda sentirse libre. La libertad se convierte así en el sello reconocible de su dueño, a pesar de su encierro diario para trabajar.
Pero aunque los muros no existan en Lai Residence, el espacio está perfectamente delimitado y dividido para cada una de las funciones que acoge. Nada más acceder a este hogar, encontramos un pequeño salón con cocina americana. Simplemente, con la colocación de sus muebles, el espacio queda definido. Una pequeña isla de la cocina es la que marca el tránsito de la cocina al salón, seguida de una pequeña mesa de madera que forma parte ya del mobiliario del salón. El salón y la cocina se convierten así en los lugares de reunión para que el propietario pueda cerrar sus negocios en ellos.
Esa isla de la cocina de la Lai Residence nos sitúa en un pasillo, el cual marca la distribución del resto de la casa. Utilizando siempre el mobiliario como delimitador de espacios, la parte trasera de la cocina da lugar a un pequeño armario y zona de vestidor. A su vez, ese vestidor se comunica con un pequeño estudio, el cual está situado justo detrás del salón. Al final de ese pasillo distribuidor se encuentra situada la habitación principal, a cuya derecha podemos encontrar el baño, con todos los equipamientos que necesita.
Todo el recorrido de Lai Residence está marcado por los tonos negros y grises, principalmente, en un intento de dar una apariencia más seria y funcional para las reuniones de trabajo. Las paredes de hormigón han sido pintadas de un gris claro en contraste con los tonos negros del mobiliario. Incluso las tablas de la tarima que cubren el suelo son de color grisáceo. Sólo algunos elementos en madera dan ese toque diferente. Lo más destacable del mobiliario es el sofá de terciopelo en tono rojizo, el único que se sale fuera de la monotonía cromática del resto del espacio, otorgándole un punto de distinción.
KC Design Studio consigue así una vivienda-lugar de trabajo muy particular, donde todos los elementos quedan unificados tanto en el espacio como en la monotonía de su decoración. No hay saltos, ni tampoco imprevistos. La vivienda parece un alarde de sencillez, modernidad y utilidad donde pocas cosas llaman la atención, solo los elementos de descanso de la misma, como el sofá, el salón o la cama. Lai Residence ha sido creada de este modo para aquellos trabajadores que hacen del hogar un lugar también de trabajo.
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