Cada vez más, los artistas están más concienciados con la naturaleza, el medio ambiente y la necesidad de regresar a lo que es natural y propio del ser humano. Ya se ha demostrado, desde diferentes campos y a través de estudios documentados, que lo artificial y lo que no guarda relación con los ciclos naturales de la vida resulta dañino para el hombre. Además, recuperar los patrones heredados de nuestros abuelos y antepasados, así como la sabiduría que va inmersa en ellos, cada vez gana más adeptos.
El artista estadounidense Garret Kane lleva años haciendo unas esculturas muy particulares, propias de un alma que sabe captar la belleza y los ciclos naturales de la creación. Cada una de ellas aborda esa necesidad de conectar con la realidad que nos rodea, que no nos es ajena y que hay que recuperar. Su último trabajo no sólo refleja esta búsqueda, aborda elementos del folclore que son comunes a diferentes culturas.
Con el nombre de Golemecha, Kane sorprende con una obra hecha a base de elementos naturales, como es costumbre en él, con luz natural. La figura representa la fusión entre dos elementos culturales tomados del folclore japonés y del judaico. Para la cultura japonesa, el Golem es una figura protectora de creación robótica. Para la cultura judaica, el Golem es una figura protectora hecha a base de maderas y musgos. Uniendo estos dos principios tenemos a Golemecha. Con ello, el artista quiere mostrar que las culturas no están tan separadas en cuanto a conceptos y que ambos representan lo mismo, la necesidad de protección, pero desde diferentes perspectivas, una más tecnológica y la otra más arraigada a la tierra.
El resultado recuerda a muchas figuras típicas de los cómics de animación pero que parece adquirir un alma más humana, recordándonos que el hombre, a pesar de la mucha tecnología que pueda crear, siempre pertenecerá a la tierra.
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