¿Sabías que en la actualidad, 70 países criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo, según datos de la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas-ILGA?. El último en unirse en contra del colectivo fue Brunei. El pasado abril, el país asiático establecía un nuevo código penal en el que la pena de muerte por lapidación para adúlteros y hombres que tengan sexo con otros hombres se hacía realidad.

Actualmente, 6 Estados miembros de la ONU imponen la pena de muerte a los actos sexuales consentidos entre personas del mismo sexo, y otros 5 Estados en los que tal castigo es técnicamente posible. En otros 26 países la pena máxima puede variar entre 10 años y cadena perpetua. Al menos 32 Estados Miembros de la ONU han establecido disposiciones que limitan la libertad de expresión de las personas, incluyendo leyes de propaganda que prohíben la promoción de la «homosexualidad» o de las relaciones sexuales «no tradicionales»; 41 Estados ponen barreras a las ONG que trabajan en temas de orientación sexual para que sean registradas o funcionen regularmente, poniendo en mayor peligro a les defensores de los derechos humanos.

Una situación que parece no mejorar y a la que muchas personas se enfrentan en su día a día. Ahora, ha surgido la plataforma fotográfica y narraciones Where Love Is Illegal (Donde el amor es ilegal), cuyo objetivo es el de poner rostro a todas aquellas personas que sufren esta cruel persecución en sus países. En él, miles de usuarios comparten imágenes o relatos de situaciones de discriminación y supervivencia.

Robin Hammond es el responsable de este proyecto que comenzó cuando el fotógrafo neozelandés conoció en África a cinco homosexuales que habían sido encarcelados, azotados y amenazados de muerte, únicamente por su orientación sexual. Cinco años duró su camino por el país africano, escuchando y conociendo historias tan dolorosas que se vio en la obligación de contarlas al mundo. Así nació en 2015 ‘Where Love Is Illegal‘ a través de la organización sin ánimo de lucro Witness Change.

Historias de violencia como la del egipcio Faried. Un hombre gay que tras obtener los resultados conociendo que estaba libre del cáncer que sufría, publicó en su cuenta de Facebook con cientos de me gusta su condición homosexual. Los mensajes de odio comenzaron a inundar su perfil y unas semanas después fue atacado en plena calle. «Estaba saliendo de mi casa rumbo al cine, cuando un automóvil se detuvo frente a mí. Tres hombres salieron del auto y comenzaron a golpearme. Estaban a punto de secuestrarme, pero uno de los trabajadores de mi vecindario vio lo que sucedió y corrió hacia nosotros. Saltaron al coche, antes de que uno de ellos me dijera «la próxima vez, te apuñalarán en el estómago». Continuaron las amenazas y la policía egipcia llegó a la puerta de su madre para arrestarlo. «El jueves 13 de diciembre recibí una llamada telefónica de alguien que me dijo ‘sabemos que te irás de Egipto, pero te mataremos antes de que te vayas’. Finalmente conseguí escapar del país”.

Esta foto fue tomada después del primer ataque.

Dolores (derecha) y Naomi (izquierda), dos mujeres transexuales de Camerún fueron arrestadas por la polícia de su país. «El día en que nos arrestaron, nos sentimos humilladas…Nos maltrataron, insultaron y acusaron de ser hechiceras. Finalmente, nos sentenciaron a 5 años de prisión«. Naomi fue golpeada todos los días por la policía. Tras tres meses de detención provisional en espera de juicio, fueron declaradas «culpables de homosexualidad» y condenadas a la pena máxima. La abogada de derechos humanos, Alice Nkom apeló la condena y consiguió que las declarara absueltas de todos los cargos. Para entonces ya habían pasado 18 meses en prisión.