¿Sabías que casi una tercera parte de los alimentos que se producen en el mundo se desperdician o acaban en la basura?. Eso significa que, de media, cada uno de los habitantes de la Tierra desperdicia 177 kilos de comida al año. Tan sólo en España tiramos a la basura 604 millones de kilos de alimentos. Pero no sólo eso, sino que este derroche causa el 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Unos datos preocupantes que la artista Kathleen Ryan ha usado a su favor en nombre del arte y de la fruta.

Con sede en Londres, Ryan ha querido hacernos ver que la fruta podrida también es sinónimo de belleza y reutilización. Para ello, ha creado su serie ‘Bad Fruit‘, en la que convierte en obras de arte fruta que iría a la basura.

Piezas talladas en espuma y con un tamaño de metro y medio de altura, reflejan limones, naranjas y peras en estado de descomposición. Con una técnica pulida y similar al puntillismo en dibujo, Ryan ha dado vida a sus «frutas» usando pequeñas piedras preciosas de tonos similares a los verdes o grises que nos dan la señal de que esa pieza no es apta para su consumo.

Ópalos, perlas e incluso ágatas han sido las piedras elegidas por la joven artista que consiguen convertir su obra en algo bello y artístico, frente al malestar y disgusto que nos produce algo en estado de descomposición.