El Museo del Prado se ha convertido en noticia tras conocerse el fallo del jurado que determina que la nueva ampliación de la entidad la llevará a cabo el arquitecto inglés Norman Foster junto al español Carlos Rubio Carvajal. El proyecto presentado ha sido elegido de entre los 47 presentados a nivel internacional y que tendrá como objetivo recuperar el ala norte del antiguo Palacio del Buen Retiro. Ésta resulta ser la segunda ampliación del complejo, ya que la primera fue realizada el arquitecto Rafael Moneo levantando un nuevo edificio en las inmediaciones del claustro del antiguo Monasterio de los Jerónimos, quedando finalizada en 2007. Esta primera incursión no estuvo exenta de polémica, ya que al derruir los antiguos restos del citado claustro la fachada sur de la iglesia empezó a tener serios problemas de cimentación que casi terminan con el derrumbe de la misma. El problema técnico pudo ser resuelto y el edificio anexo pudo ser construido sin problemas adicionales.
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Históricamente, el Palacio del Buen Retiro fue una de las obras encomendadas por el rey Felipe IV al arquitecto italiano Giovanni Battista Crescenzi junto al español Alonso Carbonell. El nuevo palacio se concebía como residencia de verano y lugar de retiro y descanso de los reyes españoles al estar situado a las afueras de la Villa de Madrid. En el lugar del emplazamiento del nuevo complejo, se encontraba un conjunto monacal, el conocido Monasterio de San Jerónimo El Real cuya iglesia se encuentra situada en la calle Ruiz de Alarcón, y una serie de edificaciones cortesanas y conventuales. Ésta últimas fueron transformadas y ampliadas para adaptarlas a la arquitectura italiana barroca, aunque sometida a las peculiaridades de la arquitectura local, y crear un moderno palacio que abasteciera las necesidades y las exigencias del monarca.
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El nuevo concepto de edificio supuso abandonar el estilo más austero característico de Felipe II y su sucesor, Felipe III, y crear un tipo de recinto formado por varios “pasillos” o alas unidos entre sí dando lugar a un amplio patio interior. Una de estas alas, la norte, es la que se ha conservado hasta nuestro días y que fue, hasta 2005, la sede del Museo del Ejército. Este lugar se conoció como el Salón de Reinos al encontrarse en el mismo la representación de los escudos de los 24 reinos que conformaban la Monarquía Hispánica en el siglo XVII, y muestra las características más propias de una arquitectura sencilla que resultaba pobre para la opinión pública de aquella época. Frente a esa “pobreza” de materiales, el interior estaba ricamente decorado con un mobiliario moderno y lujoso junto con un programa de pictórico que engalanaba las vacías paredes, cuya temática principal era la vida del campo, la vida bucólica y los placeres de la vida que ejecutaron artistas como Velázquez, Zurbarán o Poussin.
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El Casón del Buen Retiro es el otro eje fundamental que formaba parte del complejo del palacio y era parte del eje este del mismo. Con los años, el Casón se ha convertido en el elemento indispensable como sede de exposiciones de la pinacoteca nacional. Este primitivo Salón de Baile fue transformado en el siglo XIX para albergar el Real Gabinete de Máquinas, concibiendo dos fachadas neoclásicas que serían ejecutadas por el arquitecto Ricardo Velázquez. Sólo la bóveda decorada por Luca Giordano es de los pocos elementos originales que llegan del edificio desde el XVII.
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La recuperación del edificio norte del antiguo palacio supone un ejercicio de adaptación del actual modelo decimonónico, reconstruido tras la Guerra de la Independencia, hacia el proyecto nuevo en el que se quiere integrar. Por una parte, Foster quiere respetar la memoria de este edificio histórico y para ello pretende recuperar el ala sur de este edificio, abriendo los huecos y balconadas originales hacia un atrio o patio de uso público. Por otra, se estudia la idea de eliminar la fachada del siglo XIX, sustituyéndola por una logia de columnas doradas, con lo que la idea de respeto hacia la historia del lugar, se pone en duda. El elemento novedoso lo constituirá en la realización de una nueva cubierta superior, donde se situarán paneles solares que almacenarán energía suficiente para todo el conjunto y que lo convertirá en un edificio respetuoso con el medio ambiente.
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En cuanto al uso del lugar, de los 5.700 metros útiles del que dispone este edificio, distribuidos a lo largo de los 3 pisos que alberga, 2.500 serán destinados a salas de exposiciones y el resto serán para albergar una cafetería, varias terrazas, almacenes y otros departamentos administrativos. Las salas de exposiciones albergarán colecciones relacionadas con la historia, el patrimonio histórico español y, desde luego, tendrían que acoger la maravillosa colección de Pintura Moderna que conservan los fondos de la entidad. ¿Dónde mejor lugar que contemplar las obras originales de Velázquez, como Las Lanzas o el Retrato del príncipe Baltasar Carlos, que en el lugar para las que fueron creadas?
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