Como si hubiera sido un sueño. Algo imposible. Ni en los sueños mas remotos de los madrileños habría ocurrido, lo que el siete de enero de 2021 llegó a sus calles. Una borrasca que detuvo la ciudad con su manto blanco y sus bajas temperaturas, a la que todos reconocían como Filomena.
36 horas en las que los paisajes de Madrid se teñían de blanco. Cuatro días en las que la nieve se volvía protagonista sin tregua, convirtiéndose en la «gran nevada» de los últimos tiempos. Un fenómeno climático que no se veía en la ciudad desde 1971.



Coches bloqueados en las principales carreteras de la ciudad que obligaban a sus ocupantes a hacer noche en su interior o trabajadores esenciales que hacían peripecias para poder acudir a su mas que necesario puesto de trabajo. Estos fueron algunos de los estragos que Filomena dejó a su paso. Pero también nos dejó paisajes únicos e increíbles que, gracias a fotógrafos como Javier Martínez Morán, años después podemos recordar aún con sorpresa.
Javier nos cuenta paso a paso cómo fue su periplo por la capital para poder inmortalizar una estampa que quizás, nunca se vuelva a repetir. «Reservé un hotel bien céntrico y crucé los dedos para poder ver algún copo de nieve cuajando en Madrid. El resto, como suele decirse es historia…» comenta él mismo en su blog.

Un viaje a través de las espectaculares instantáneas de Filomena que nos permite disfrutar de una Puerta de Alcalá totalmente blanca, en la que no se reconoce la carretera ni su jardín o cómo las luces de Navidad aguantaban el peso de la nieve de una Gran Vía madrileña completamente nevada. «Fueron dos días en los que apenas dormí 8 horas en total, recorrí más de 30 km por el centro de Madrid y mi cámara, objetivo y manos sufrieron las peores consecuencias del terrible frío y humedad», señala él mismo.
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