Uno de los enclaves más solicitados entre el turismo de fin se semana es La Rioja. Ya sea por su proximidad a la zona centro de la meseta, por la excelencia de sus vinos y sus viñedos, o por la belleza de sus iglesias románicas, La Rioja es uno de esos lugares que no pasa desapercibido para el viajero. Una pequeña parte del Camino de Santiago discurre por la zona norte de esta comunidad autónoma, en la que se sitúan dos de los enclaves artísticos más importantes del Románico: San Millán de la Cogolla y Santo Domingo de la Calzada. No es extraño que en pueblos colindantes y que quedan dentro del perímetro de influencia del Camino proliferen la creación de hoteles donde poder alojarse.

Uno de estos pueblos es Grañón, casi casi limitando con la provincia de Burgos. Por este pequeño lugar transcurre la ruta jacobea que conecta con Redecilla del Camino, la primera parada del peregrino en el trayecto burgalés. Es en ese último punto de paso, donde termina el trayecto riojano del Camino, donde la firma arquitectónica barcelonesa Francesc Rifé Studio ha llevado a cabo la remodelación de una antigua casa señorial y transformarla en el Hotel Casa Grande.

Francesc Rifé Studio ha llevado a cabo un proyecto completo donde la sobriedad ha sido el leitmotiv principal de la creación. Mantener el vínculo entre la estructura inicial del edificio, construido en el siglo XVIII, con el aspecto final del conjunto ha sido la mayor prioridad del equipo de diseño. La reforma ha guardado el hilo narrativo e histórico del edificio tanto con la estética empleada como con los elementos primigenios.

En el interior como en el exterior del lugar se pueden apreciar los muros de mampostería originales, tanto en la planta principal como en la primera. En algunos tramos de esta zona se introdujo ladrillo y concreto para completar la construcción. Sin embargo, es el color gris claro de las paredes del interior las que otorgan uniformidad al conjunto. Con ello, se consigue que esos contrastes constructivos pasen desapercibidos para el visitante.

En el exterior, la reforma de Francesc Rifé Studio se completó con el empleo de grandes marcos de hierro en las ventanas. Gracias a ellas, el conjunto resulta mucho más visual. Además, una gran valla exterior, realizada en el mismo material, otorga unidad al conjunto así como un aspecto más actual.

En el interior, Francesc Rifé Studio ha conseguido crear 11 estupendas habitaciones para alojar al visitante. Todas ellas cuentan con un suelo de tarima en tonos claros, un mobiliario realizado en madera de álamo y una disposición minimalista y moderna. El contraste lo otorga, en la planta superior, el techo de madera, abuhardillado en algunos tramos. Con este elemento el concepto rústico alcanza su máxima expresión.

Para completar el conjunto, Francesc Rifé Studio implementó un restaurante donde la bodega es su punto focal por definición. Una barra de bar, realizada en madera de álamo, conecta perfectamente esta bodega con el resto de la sala. En ésta última se pueden apreciar las mesas de roble natural, donde los huéspedes pueden disfrutar de una grata comida después de una dura jornada turística.

El Hotel Casa Grande resulta así un ejemplo sencillo de integración entre tradición y modernidad, donde el pasado se preserva con un toque de futuro simple y minimalista. Un ejemplo de buena arquitectura de reforma que está esperando la visita del mejor turismo local y foráneo.

Fotografía: David Zarzoso