La chef japonesa Natsuko Shoji fue ganadora del premio FoodArt en la última edición de los premios The Best Chef, celebrada en Madrid.

La japonesa Natsuko Shoji es, probablemente, la mejor artista entre los cocineros. También, la mejor cocinera entre los artistas. En la última edicion de los premios The Best Chef, celebrada en Madrid, ella fue ganadora del premio FoodArt. Pero además, es Mejor Chef Pastelera de Asia en 2020 y Mejor Chef Femenina de Asia en 2022 en los premios The World’s 50 Best.

Imagen: Camilo Murcci

Sus espectaculares tartas, inspiradas en marcas de moda como Chanel y Louis Vuitton, se parecen a auténticas joyas de arte. Tanto es así, que la han convertido en una de las artesanas gourmet preferidas de todo el mundo. No solo el culinario, sino también el de la moda y el del arte y el diseño.

Su amor por la gastronomía nació tras una clase de cocina en el instituto. Los eclairs que aprendió a hacer fueron un gran éxito entre sus amigos. Más tarde, trabajó en restaurantes de estrellas Michelin, ascendiendo rápidamente en la jerarquía. A menudo trabajaba hasta después de medianoche. Estaba decidida a ayudar en todo lo que podía a su hermana pequeña con necesidades especiales.

Irónicamente, su adicción al trabajo le impidió estar con su padre en el hospital durante sus últimos días. Para ella fue un choque el darse cuenta hasta qué punto estaba dedicada solo al trabajo. No sólo dejó su trabajo, sino también la industria gastronómica. Se dedicó a otras cosas que no le satisfacían especialmente.

En 2014,  una antigua clienta le pidió que le hiciera la tarta para su boda. «En ese momento, recordé la alegría de hacer feliz a alguien a través de mi cocina», recuerda Natsuko. Enseguida se dio cuenta de lo mucho que echaba de menos cocinar. No podía pensar en otra cosa. Con 23 años montó un negocio de catering, cuyo éxito la animó a abrir su propio local.


El título Été (verano en francés) es también un juego de palabras con el nombre de su creadora, que podría traducirse como «chica de verano». Sus impresionantes tartas reciben el nombre de Fleurs d’ été.

«Necesitaba algo en lo que centrarme y resultó ser la comida, el arte y la artesanía», dice Natsuko. Paralelamente, asumió varias misiones personales. Entre ellas, la de cambiar la percepción de la artesanía japonesa, realizada durante siglos mayoritariamente por hombres. Hoy, ella misma quiere servir de ejemplo. Emplea a otras mujeres y sigue enseñando en la escuela donde aprendió el oficio de cocinera. Cuando abrió su propio negocio, se enfrentó a un obstáculo inesperado: no encontraba a suficientes buenos profesionales masculinos que aceptaran trabajar a las órdenes de una mujer mucho más joven que ellos. Está convencida que sigue existiendo un muro en el mundo culinario que a la mayoría de las mujeres les cuesta superar.


Para sus obras más icónicas, las tartas en caja, Natsuko suele inspirarse en marcas de moda, bolsos de diseño y diferentes objetos. Su tarta de fresas, por ejemplo, sigue el estampado Damier de Louis Vuitton. De hecho, cree que el restaurante del futuro adoptará un enfoque mucho más cercano a la alta costura. Estará más centrado en el cliente individual.

Cenar en el restaurante Été de Natsuko Shoji, en Tokio, roza lo imposible. La intimidad y la exclusividad están llevados deliberadamente a un nivel casi extremo. En Été sólo hay una mesa para un máximo de seis personas. Sólo se acepta una reserva por noche, unas doscientas al año.


En cuanto a las famosas tartas, éstas se colocan en cajas hechas con la milenaria y sofisticada técnica japonesa de pintura con laca Maki -e. Las imágenes se pintan con laca sobre la superficie del objeto, luego se rocía sobre ellas un polvo metálico de oro o plata. Las crea manualmente Arata Takashima. Nunca antes se había creado una caja así específicamente para envolver tartas. «Estamos acostumbrados a tirar las cajas de las tartas, pero la nuestra se puede usar para siempre», comenta Natsuko.


Un día antes de los premios The Best Chef Awards de Madrid, durante el seminario Food Meets Science, Natsuko Shoji hizo una demostración sobre la elaboración de su famosa tarta de mango en forma de rosa, presentada en una caja cuadrada.


Imágenes: (C) Aya Kawachi