Con frecuencia olvidamos el rápido paso del tiempo hasta que un acontecimiento que nos resulta importante nos recuerda que no seguimos en el mismo lugar, que nos movemos, que todo evoluciona y que nada dura para siempre. Y parece que fue ayer, pero en 2 días se cumple el primer aniversario de la emisión del último capítulo de una serie que fue capaz de crear un auténtico mundo con mitología propia, digna de admiración. Sí, el día 18 de Enero, habrá pasado ya un año del final de Fringe y por ello hoy nos vais a permitir un (pequeño) homenaje a esta pequeña gran serie, o como llegaron a apodarla los fans: ‘the little show that could’.
Fringe se emitía por primera vez allá en 2008 y partía de una estructura que podríamos definir como autoconclusiva: un procedimental en toda regla, vamos. Algo que a priori podría no ser de interés para aquellos que buscasen un hilo conductor claro, una trama continua en toda la serie. Muchos, tristemente, abandonaron antes de acabar la primera temporada.
Sin embargo, los que decidimos quedarnos con ella, supimos al poco tiempo que algo fallaba en esta estructura aparente, supimos había un click que no acababa de saltar, algo que entreveíamos y que nos llamaba la atención y nos descolocaba a partes iguales. Ese algo, lo descubrimos aquel maravilloso día en que terminó la primera temporada, cuando Fringe comenzaba su segunda fase.
Sería muy cruel para aquellos que no la hayan visto aún, comenzar a destripar aquí la mitología que daba comienzo en esta segunda fase y que continuaría hasta el final, pero lo cierto es que si hay una serie que ha sabido renovarse año tras año ha sido sin duda Fringe. Ha jugado consigo misma en cada nueva temporada, recreandose una y otra vez, con decenas de autohomenajes y también ¿cómo no? con decenas de referencias externas: empezando por audiovisuales como Expediente X, pasando por Star Trek o Battlestar Galactica, literarias como 1984 o Un mundo feliz, referencias pictóricas, del mundo del cómic o de la música setentera, ochentera… La lista es larga y las referencias de Fringe llegaron desde todo tipo de formatos y soportes, pequeños detalles que no hicieron más que engrandecer la serie inevitablemente y la convirtieron en un producto muy especial.
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Desde la segunda temporada, los showrunners de la serie decidieron que habría ciertos capítulos especiales. Otro detalle más, de entre todos los que han tenido con los fans.
Así, empezaron jugando con la novela negra y el musical, para lanzarse más tarde a la animación y el videojuego y atreverse hasta a referenciar directamente al mismísimo Terry Gilliam (miembro de los Monty Python), toda una proeza que podría haber resultado una total y absoluta hecatombe… si en Fringe no fueran todos tan buenos. Por eso, episodios como Brown Betty, Lysergic Acid Diethylamide, Letters of transit o Black Blotter se convirtieron en las pequeñas estrellas para los fans, tan descolocados como encantados ante estas piezas “extrañas” del puzzle que conformaba cada temporada.
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Fringe nos dio momentos maravillosos, momentos para reír a carcajadas (a pesar de su temática), momentos para llorar, para angustiarnos, para desconcertarnos. Nos dio algunos momentos muy tristes, pero también preciosos. Nos dio interpretaciones increíbles y hasta 7 cabeceras distintas. Diálogos y frases para el recuerdo, lágrimas incontenibles. Nos dio caras de estupor y criaturas desconocidas. Nos dio una relación paterno-filial entrañable, una relación de amor sufrida y preciosa, nos dio la candidez de ‘Ostrich’, la dureza de Broyles, la dualidad de Nina, los mugidos de Gene y nos dio un universo alternativo en el que poder respirar otro aire diferente. Por si eso fuera poco, Fringe además nos dio una banda sonora para escuchar en bucle durante el resto de nuestras vidas. Una banda sonora para sufrir mucho. Porque se SUFRE (y se llora) escuchando la música que Chris Tilton compuso para esta serie…
Más de una vez, también lloramos sin música que valga. Y es que vivimos acongojados por su cancelación casi desde el final de la tercera temporada. Warner y Fox finalmente nos dieron cinco temporadas. Y aunque esa quinta fuera solo de 13 episodios, los fans tuvimos nuestro final… además de una maravillosa lección sobre cómo no perder la cabeza y los nervios sin usar drogas.
Desde 2008 a 2013 pudimos disfrutarla y sufrirla. Reímos y lloramos a partes iguales de la mano de esos personajes totalmente magistrales entre los que destaca ese científico histriónico, adorable, tajante, fuerte, débil, inteligente, desmemoriado y un sinfín de matices más que han hecho de Walter Bishop uno de los mejores personajes de la historia de la televisión y han terminado de encumbrar (más) a John Noble como el actor sobresaliente que es, a pesar de haber sido ignorado casi siempre por los premios importantes.
Fringe fue una serie adorada en igual medida por los fans y por sus creadores, guionistas y directores, y eso se notaba. Y mucho. Y es que habiendo dejado sembrada la semilla, J.J Abrams se retiró un poco del proyecto dejándolo en manos de los que fueron los conductores reales de la historia: Joel Wyman y Jeff Pinkner.
Aunque Fringe haya sido a veces criticada, lo cierto es que fue capaz de hacer que los fans se implicaran hasta límites insospechados: jornadas de búsqueda de glifos, los easter eggs, esos mensajes escondidos en paredes, en objetos, ¡hasta en la cabecera!, palabras clave formadas con los famosos glifos, observers pasando desapercibidos, tulipanes blancos, estatuas de la libertad, estatuas de la libertad con la cabeza cortada, estatuas de la libertad envueltas en cobre ¡estatuas de la libertad en todos lados!
Una larga lista de detalles que hacían las delicias de los fans, totalmente entregados en la búsqueda.
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Este sábado 18 de Enero todos los fans de la serie tienen una cita en Twitter, donde hay prevista una campaña para emular lo que los seguidores de la serie ya venían consiguiendo semana tras semana durante su emisión: que Fringe fuera Trending Topic.
Así, con el hashtag #WeRememberFringe todo twittero fan de la serie que se precie podrá contribuir durante este día en la iniciativa, creada exclusivamente por y para recordar Fringe. Y es que otra cosa no, pero nadie podrá decir que Fringe no tiene fans de los fieles, de los que están en los buenos y en los malos momentos, de los que perduran aún con el paso de los años. Walter, Peter, Olivia, Nina, Astrid, Broyles, Belly, Lincoln… os recordaremos siempre, miles de historias escritas por los fans (fanfics) tras el final avalan ese cariño infinito de los seguidores hacia la serie. El mismo cariño que semana tras semana veíamos pagado en cada nuevo capítulo lleno de señales que los guionistas dejaban a los fans, llegando a incluir el mensaje “Thank you for your support” en un fotograma en el capítulo final. No queda ninguna duda de que el cariño que pusimos los seguidores en la serie, nos lo devolvieron con creces…
Creo que empezaba este artículo diciendo que nada es para siempre… pero este sentimiento inexplicable que nos dejó Fringe puede que sí que lo sea.
xaviimolinaa
INOLVIDABLE. Nunca podré olvidar lo que me hizo sentir esta pequeña GRAN serie, FRINGE.
Beatriz Muyo
Es un hecho, Fringe fue enorme. Siempre nos quedará ahí para revisionarla. Es lo bueno. 🙂
Laura
Sólo Fringe ha conseguido atraerme a casi el mismo nivel que Expediente X en su época. Aún le doy vueltas al giro de la 4a temporada que particularmente pienso fue un error que se arrastró hasta el final, pero a pesar de ello se trata de una brillante serie con un cast de un enorme talento.