Si estás pensando en renovar tu dormitorio y no sabes cómo, prueba a cambiar las mesillas de noche para conseguir un aire nuevo, eso sí, ten en cuenta siempre el espacio que tienes y el resto de la decoración. No olvides nunca que el interiorismo es un conjunto, así que una vez claro el estilo y las dimensiones máximas con las que contamos, toca elegir el modelo más adecuado de entre los muchos que existen. ¡Vamos allá!

Suspendidas

Ideales si lo que quieres es aportar ligereza al dormitorio o si, por el contrario, tienes poco espacio. La ausencia de patas o cajones hasta el suelo, hará que se vean más livianas. Y si el espacio no es problema pero te gusta la originalidad, tu camino puede estar en este tipo de mesas, las hay muy variadas: desde una tabla con soporte para el móvil hasta modelos con bombilla incluida.

Con patas

Al contrario de las anteriores, las mesitas con patas aportan estabilidad, aunque corren el riesgo de parecer “mazacotes”. Si quieres evitarlo, puedes optar por modelos que sólo tengan uno o dos cajones, de tal manera que se vea más pata que masa sólida.

Con cajones

Si lo que quieres es capacidad de almacenajes, no lo pienses, la tuya es una mesilla con cajones. Dentro de esta tipología podrás escoger más o menos cantidad de cajones, ten en cuenta que el estilo decorativo elegido para el resto de la habitación también tiene que estar presente en este mueble auxiliar. Por ejemplo, si optas por ambiente contemporáneo, la mesa deberá tener poca altura y no más de dos cajones.

Grandes a modo de cómoda

Has estado valorando la opción anterior pero compruebas que se te queda corta porque necesitas este mueble para guardar muchas más cosas. En ese caso, también es posible coger dos cómodas que darán mucho más servicio. Este tipo de mesas casa muy bien con estilos clásicos o Shabby Chic.

Semi abiertas

Si además de guardar te gusta poder añadir objetos decorativos como libros o cajas, puedes decantarte por las mesillas de noche que tienen una parte abierta. La abertura puede estar a un lado con una balda o por ejemplo bajo un cajón.

Nido

Una mesa de apoyo siempre viene bien para apoyar una lámpara o para dejar el despertador, también, cómo no, para guardar algunos objetos personales; pero si estamos acostumbrados a no utilizarla, siempre podemos utilizarla a modo decorativo y emplear varias, una debajo de la otra. Aportaremos un toque de distinción a nuestro dormitorio.

El material como protagonista

Quizá no tengas problemas de espacio y no necesites tener guardado nada cerca de tu cama mientras duermes. Llegados a este punto, la cuestión es decidirse por alguno de los ejemplos que hemos visto, pero si aún así nada te convence, entonces necesitas elegir en base al material para que la mesilla luzca por sí sola. En ese caso te recomendamos optar por metacrilato o espejo, ambas alternativas se salen de la tónica habitual un toque original en la primera opción y sofisticado en la segunda.

Otros objetos

Y como alternativa a todo lo visto hasta ahora, te recordamos que la reutilización de objetos también entra dentro del mundo de la decoración. El DIY cada vez está más presente en nuestras vidas y no podía faltar en el dormitorio. Por ejemplo, puedes coger las maletas de la abuela e ingeniártelas para unirlas entre sí y si encima tienes maña, hacer que se puedan utilizar como almacenaje ¿qué tal unos cajones? Está bien tal vez con apilarlas sea suficiente, pero por aportar ideas que no sea, así que ahí va otra genialidad: escaleras bajas junto a la cama, ahí tienes otra mesa de noche.