Cuando realizamos una salida fuera de la zona urbana y nos adentramos en la senda de una zona rural todo el paisaje se modifica de una forma sustancial. Lo primero que nos llama la atención es el paisaje, en sí. Después, si los hay, los animales. Y para finalizar todas aquellas construcciones relacionadas con el campo. Es los lugares de pasto es muy frecuente encontrar pequeños refugios hechos en piedra. Estas construcciones permiten protegerse del frío, la lluvia, la nieve o el viento a los pastores mientras cuidan sus rebaños. E incluso sirven de refugio para muchos senderistas que se pierden o se lastiman en su aventura por la naturaleza.

Lo que no es habitual es escoger uno de estos refugios para construir un hogar. Eso es lo que ha hecho la firma arquitectónica BARD en la isla de Barra, en Escocia. Este lugar, aislado del mundanal ruido, posee uno de los paisajes más asombrosos en flora y fauna de Inglaterra. Esto unido a su conexión con la isla de South Uist hacen que la isla  tenga un flujo constante de visitantes. Estas islas fueron conquistadas y habitadas por los vikingos, por lo que la ganadería y la agricultura fueron y son la forma de vida de sus gentes.

El refugio escogido para que BARD arquitectos hagan su magia restauradora se encuentra en la carretera del norte de la isla. Utilizando la construcción previa se procedió a su restauración y su rehabilitación, asegurando su cimentación y las partes de mampostería que quedaban inconclusas. A partir de ahí, la construcción complementaria ha servido para darle un carácter más moderno y actual, utilizando la madera y la pizarra en el tejado.

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Para poder iluminar el interior, el uso y empleo de claraboyas en el tejado ha permitido conservar la pared original al completo. Con ello, el conjunto permanece sólido, estable, conservando su función inicial para protegerse de las inclemencias del tiempo. Las ventanas de la zona frontal le permiten obtener más luminosidad interior y unas preciosas vistas de la playa y el océano.

En el caso del espacio interior, es un área aprovechada al máximo. El salón se comunica con la cocina de forma abierta. BARD arquitectos añade una función auxiliar que es la de habitación principal, con una cama de matrimonio empotrada que se abre solo para descansar.

La casa de la isla de Barra se convierte así en un ejemplo de espacio reutilizable, no sólo por su función inicial sino también por su estado actual. BARD arquitectos consigue así un lugar de descanso único, diferente y que conserva sus orígenes de forma impecable. Por que a ver si nos creemos que los vikingos vivían en espacios mayores que el que se ha reformado.

Fotografía Alexander James Aylin.