Uno de los lugares que resulta algo más tedioso a la hora de decorar es el patio de una casa. Muchas veces, no sabemos qué hacer con él o cómo convertirlo en un lugar ideal para relajarse, desconectar o simplemente disfrutar. Desde la sencillez de los elementos para revestirlo hasta el tipo de plantas que lo van a habitar, la variedad y el gusto son infinitos en su elección. En el artículo de hoy, recogemos algunos de los patios que pueden dar una idea al lector de los diferentes aires que se le pueden dar a este espacio tan agradecido en un hogar. ¿Con cuál de ellos te quedas?
Uno de los patios que recoge la arquitectura tradicional de nuestro país es el de Mariana de Delás. En un apartamento de Mallorca, se puede comprobar como el blanco de las paredes del patio reverbera el sol del Mediterráneo. Ese sol que nos da la vida y del que disfrutamos cada año. Ese blanco contrasta con el suelo de terrazo, tan característico de nuestras latitudes, que otorga una pizca de frescura, que dan ganas de tumbarse en él en verano. El toque final lo otorgan los azulejos de cerámica que adornan la bancada de hormigón, donde se alojan los crotones que dan color al conjunto. Tres elementos típicos de nuestra arquitectura que conforman un patio muy acogedor.
El patio de la Pointing House, en Roma, también cuenta con plantas, en este caso de banano silvestre, para animar y decorar. Su estilo es algo más actual. Utiliza un suelo de loza, muy característico de estas latitudes europeas, así como una puerta corredera azul que da acceso al interior de la vivienda, a través de la habitación principal. El empleo de muebles de bambú le da ese toque más actual, al estar ahora de moda este estilo decorativo. El resultado es un patio más moderno y menos tradicional.
En el caso del hotel Casa Octavia, situado en Ciudad de México, el aire que inspira es mucho más minimalista. El patio de este hotel es pequeño y combina un espacio abierto y cerrado a la vez. Abierto al exterior, por medio de la acera que se comunica con el acceso al interior, y cerrado, en el momento que la puerta de la calle queda cerrada y permite un espacio más privado e íntimo. Aquí el suelo de grava permite un aire más exterior que interior, recordando más un espacio de campo que de ciudad. El banco corrido de hormigón permite disfrutar del sol y de la tranquilidad del espacio al visitante. A la vista queda que este patio está más que pensado para marcar la diferencia entre el disfrute externo y el interno.
Por último, en la ciudad de Sau Paulo, en Brasil, la Casa Piraja cuenta con un patio que hace las delicias de sus visitantes. Las paredes de ladrillo están revestidas por chapisco, para facilitar el revestimiento en yeso. El suelo de pavimento porcelánico acoge un par de taburetes y una mesa, que son un avance de la pequeña cocina que alberga y de una finalidad más festiva que de recogimiento. El resultado es un espacio ideal para compartir con amigos y familiares al aire libre.
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