De sobra es conocido por todos que el tamaño no importa, a no ser que lo tengas pequeño. No hay problema si eres un trípode, escucharás esta frase hasta la saciedad, pero si tu caso es el contrario, y tus atributos sexuales no dan la talla, comienza el calvario. Esta cualidad física es utilizada desde siempre como vía para ridiculizar hasta el más poderoso de los hombres, dado que si tu miembro viril no intimida a nadie, poco puedes hacer para ganarte el respeto del resto.
¿Es Donald Trump una “pila de mierda”?

Trabajo de Illima Gore
En el caso de Donald Trump, su ‘pilila’ importa bien poco, pero la artista Illma Gore nos obliga a hablar de ella y, lo que es peor, imaginarnos al nuevo presidente electo de los Estados Unidos como Dios le trajo al mundo -en el caso de que la divina providencia haya tenido algo que ver en su ‘diabólica’ concepción-. A sus 24 años, esta artista afincada en Los Ángeles logró que su obra con menos glamour y erotismo se colase en la mismísima campaña electoral del pasado mes de noviembre. Con perdón de lectores, el pene de Trump estaba en boca de todos. Y no nos olvidamos de él…
Meses antes, la joven artista aprovechó el tirón mediático del magnate de rubia melena (postiza) y piel tostada al calor de los filtros ultravioleta para compartir su obra con el mundo: “Haz a Estados Unidos grande otra vez”, tuiteaba Gore su imagen haciendo suyo el lema esgrimido por Trump para asegurar su camino a la Casa Blanca. El comentario no pudo estar más acertado y la fama de esta joven artista subió como la espuma. Una moneda con dos caras, dado que más allá de las oportunidades que suponen que tu trabajo sea visualizado a nivel internacional, también tuvo que lidiar con amenazas, acciones de censura y, finalmente, una brutal paliza por parte de seguidores del ideario de Trump: “Es triste y asusta, pero no me escondo. Lo haría de nuevo y pintaré a Trump con el pene más pequeño si tengo que hacerlo”, aseguraba días después.

Así quedó Gore tras la paliza
No fue su pene, pero ella ha seguido inspirándose en Trump para dar forma a nuevas creaciones, como esta en la que es una vagina la que le gana la batalla al nuevo hombre más poderoso del mundo, que en unos días plantará sus pies sobre su escritorio del Despacho Oval.

Otro trabajo de Illima Gore
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