Más comúnmente de lo que podamos negar, los títulos de crédito son la ocasión perfecta para introducir al espectador en el contexto imaginario de lo que está a punto de visionar. El tono, el lenguaje y la ambientación del contenido en cuestión, deben estar presentes desde el primer minuto. Hay créditos que recordamos con más cariño, otros que no recordaremos nunca y otros que pasaron sin tener mucho que ver con la serie a la que encabezaban, pero es innegable que ellos son, de entrada, el primer gancho que domina y atrae a las tinieblas a esa especie cada vez menos extraterrestre comúnmente llamada “seriefilo”, cuyo especimen base típico suele posicionarse bastante a menudo acurrucado en su inexcusable noche de serie, sofá y mantita.
Hace cuestión de un año, fuimos testigos de uno de los mayores booms seriéfilos con el estreno de True Detective. Su intro, totalmente oscura y perturbadora se extendía, sonorizada con la canción Far from any road (The Handsome Family), a lo largo de más de un minuto y medio impasible y serena, ajena a la premura habitual con la que solemos toparnos en esta parte de cualquier producción televisiva.
Dirigida por el australiano Patrick Clair (cuyo estudio ‘Elastic’ es también responsable de títulos de crédito de Halt and cathc fire, o algunas app movil de Juego de Tronos) la intro de True Detective se convirtió en pocos días en una pieza icónica que ocupó desde conversaciones, hasta extensas entradas en internet, pasando por vídeos a modo de tutorial para conseguir los efectos de la intro o ilustraciones del fandom imitando las imágenes de la cabecera con sus propias fotografías.
Pero ¿de dónde viene esta técnica adoptada por Clair?
El autor ha confesado en varias ocasiones que su inspiración básica para esta técnica de la doble exposición viene directamente de Richard Misrach, fotógrafo americano responsable de uno de los proyectos fotográficos sobre el desierto más importantes hasta la fecha.
Ese filtro tan True Detective más acertadamente podría apodarse “filtro Misrach”, puesto que sus fotografías de la colección “Petrochemical America” y “Cancer Alley” de la Louisiana más gris, fueron la base directa para la realización de la intro de la primera temporada de la serie. Las desoladoras imágenes de Misrach son usadas en True Detective como paisajes en movimiento; paisajes que juegan un papel clave, fusionándose con los personajes y representando en gran parte la turbia psicología de estos.
Pero Patrick Clair no solo bebe de un vaso. Aneta Ivanova, Antonio Mora y sobre todo David Maisel (quien haya visto el primer capítulo de la segunda temporada sabrá que hablamos de verdad…) son otros de los nombres que han sonado con fuerza para llevarse el pódium de esa inspiración tan depresiva que emana de True Detective por todos sus poros.
Pero si nos remontamos a otros tiempos, bajo el contexto de realidad que baña True Detective resulta curioso, cuanto menos, que en su cabecera converjan este efecto de la doble exposición y el juego del color (blanco/negro o colores opuestos contrastados), características habituales de los fotógrafos surrealistas: los juegos de siluetas, de los dobles fondos o directamente de los objetos duplicados, dando paso al libre albedrío de la imaginación. ¿Casualidad?
Con el boom de la intro de True Detective, era inevitable pensar que la oleada de plagios e imitaciones llegaría en algún momento. Y no tardó. Desde Saramago (tanto en su libro –El hombre duplicado– como en la adaptación cinematográfica del mismo –Enemy-) hasta el disco «triunfito» Manuel Carrasco, pasando por un spot de BMW o por la reina del pop contemporáneo Taylor Swift; todos ellos han caído en el ‘guilty pleasure’ de copiar la estética detectivesca creada por Nic Pizzolatto y Cary Fukunaga e introducida magistralmente por el ya mencionado Patrick Clair.
La segunda temporada de la serie ya ha comenzado y es, de momento, igual de interesante y excepcionalmente realizada que la primera. Para los conservadores, diremos que su cabecera sigue la misma técnica que la de la primera temporada y sigue siendo igual de depresiva … e igual de buena. La técnica de la doble exposición adopta ahora una forma más colorista y contrastada. Abrimos debate acerca de si el tema musical escogido para esta segunda temporada es el adecuado o no. Si la cabecera de la primera temporada se tornaba gris para dejar protagonismo al tema musical, aquí los papeles se alternan y la cabecera y sus tonos rojos resaltan mucho más frente al tema de Leonard Cohen que en este contexto (el de intro), nos lo van a perdonar, aburre hasta a las piedras.
Eso sí, poco se ha hablado de la secuencia final con el tema Lera Lynn, y rompemos una lanza en su favor, porque más que una secuencia televisiva es un mismísimo videoclip. ¡Vaya!…parece que todo sigue en su sitio en True Detective. Es decir, sobresaliente de principio a fin. ¡Que siga!
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