No es fácil expresar lo que siente un cinéfilo cuando, en los tiempos que corren, se ve una cola que sale del cine y llega hasta media calle. Mucho más difícil de expresar resulta cuando esa cola enorme, es para entrar en una sala que proyecta una película indie, de un festival de cine indie, en su PRIMERA EDICIÓN. Y eso precisamente es lo que ha pasado (y no sólo una vez, sino varias) durante la I Edición del Americana Film Fest celebrado desde el día 13 hasta el 16 en los Cines Girona de Barcelona, y estamos orgullosos de haberlo podido disfrutar. ¡Para qué negarlo!
Once películas programadas en tres días “oficiales” de festival, sin contar la inauguración del jueves 13, día en que fue proyectada por primera vez The Kings of summer: una pieza absolutamente imprescindible de los últimos años, que evoca ese espíritu aventurero por necesidad que todos hemos vivido durante nuestra adolescencia, con una realización maravillosa y un guión lleno de situaciones para el recuerdo. La película del debutante Vogt Roberts fue un éxito rotundo ya en la inauguración y volvió a ser proyectada el domingo en su sesión oficial programada, esta vez con lleno absoluto en la sala. No fue la única sesión para la que se vendieron todas las localidades: esto llegó a ocurrir ni más ni menos que en siete proyecciones más. Y es que el nivel de las películas no era para nada desdeñable, empezando por el viernes: Audrey the trainwreck, The motel life, The Retrieval y Drinking Buddies, cerveza en mano, fueron las elegidas para ese día que cerraba ya con un completo de sala en la última proyección.
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El buen ambiente con el que había empezado el Americana, se siguió respirando durante el fin de semana y pudimos ver remarcables comedias entre las proyecciones: la ya mencionada The Kings of summer o In a world… película escrita, dirigida y protagonizada por Lake Bell, muy destacable por su inteligente y original contexto de desarrollo (el mundo del voice over), y sobresaliente en la interpretación de Lake Bell. También hubo lugar para películas en clave de western como Ain’t them bodies saints (en la clausura), o para películas tan diferentes y abstractas como Upstream Color, de Shane Carruth, que ya estuvo presente en el pasado Festival de Sitges y que fue presentada por el mismísimo director del festival, Ángel Sala. Otras proyecciones del fin de semana fueron el destacable documental American Promise y Jack goes boating, la única película como director de Philip Seymour Hoffman, con el que el festival rendía homenaje propio al recién fallecido cineasta.
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Ayer por la mañana se dieron a conocer las películas favoritas del público del festival, entre las que han destacado Short Term 12 (con un 4,31), película acerca de un centro de acogida de menores que relata con la misma tristeza que esperanza la vida de esos menores y de sus cuidadores, todos algo perdidos, todos con ciertas carencias afectivas, todos imperfectos y a la vez todos tan naturales. La película ya cosechó buenísimas críticas el pasado año y en el Americana no fue menos. Las otras dos favoritas del público fueron The Kings of Summer (con un 4,16) y en tercer lugar In a World… (con un 4,08), todas en notas sobre 5 y casualmente todas proyectadas durante sábado y domingo.
Los datos finales de asistencia también los conocimos ayer por la mañana: 82 % de ocupación total durante todo el festival; las aglomeraciones y el ambientazo que había dentro y fuera de los Girona ya vaticinaban una cifra así.
Si bien muchos de estos títulos que se proyectaban en el festival se pueden conseguir a través de (artimañas malvadas como la piratería) Internet, es evidente que a un precio razonable y con una organización y unas ganas como las que se han visto en el Americana Film Fest, la gente VA AL CINE. Porque nos gustan las salas, porque las disfrutamos, porque nos gusta el ambiente y porque es necesario levantar propuestas como ésta que, esperamos, dure muchos años más y siga teniendo ese nivelazo en todos los sentidos que ya ha demostrado con creces.
Desde aquí os felicitamos, y … ¡larga vida al Americana!
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